El Ayuntamiento de Barcelona impulsa una profunda renovación del Paral·lel de la mano de los tres sectores más importantes y diferenciadores de la zona: el comercio, el turismo y la cultura. Con el objetivo de diluir la frontera natural entre los diferentes barrios que divide la avenida, el gobierno municipal pretende que deje de ser un órgano desacompasado para formar parte del engranaje de la ciudad.
Desde su esplendoroso pasado, Paral·lel se ha convertido en una combinación de negocios y locales comerciales dispersos, sin consonancia y centrados en el ocio nocturno. Ante la acuciante pérdida de identidad de la zona y las diversas problemáticas por las que pasa, el consistorio se puso manos a la obra apenas un par de meses antes de que se desatara la pandemia. Estaba en proceso de desarrollo de un plan entorno a la mítica avenida con el fin de integrar las lindes de los barrios del Raval, Sant Antoni y Poble Sec antes de que tuvieran que priorizarse otro tipo de actuaciones. Ahora se vuelve a calentar motores. La avenida se reinventa para afrontar el futuro con otros ojos.
Recuperar el 'Broadway barcelonés'
Una de las bases de este futuro del Paral·lel pasa por mirar al pasado. Y es que si algo caracteriza a esta zona de Barcelona es su tradición de cultura y ocio. La avenida de las luces, el Broadway barcelonés, siempre salpicada por teatros y locales culturales que han creado un ADN propio y diferencial tanto en la misma avenida como en los barrios que tocan a ella.
Así pues, se vuelve a hacer bandera de este aspecto tan característico, con el impulso del proyecto denominado como El Paral·lel: una destinació de la cultura i les arts. El ayuntamiento ha retomado la iniciativa en mayo de este mismo año con la creación de una oficina técnica de coordinación en apoyo al mismo.
Teatro Arnau y El Molino
Dotado con un plan económico inicial de 181.089 euros que se sufraga gracias a la tasa turística, el proyecto se ha visto en las últimas fechas reforzado por fuertes inversiones en estructuras estratégicas como es el Teatro Arnau. Tras el póstumo cierre en el año 2000 y la adquisición municipal en el 2011, la estructura se encuentra en un tremendo estado de debilidad, que tratará de revertirse con una inversión de hasta 11 millones de euros.
O la reciente adquisición de una de las infraestructuras más simbólicas de Paral·lel, El Molino, por un valor de 6,2 millones de euros. El consistorio ya ha anunciado que quiere convertir este nuevo equipamiento municipal en la Casa de las Culturas, sin limitar los espectáculos a un único género y potenciando que se convierta en un espacio abierto a nuevos creadores, híbrido y transdisciplinario… sin perder el espíritu “canalla” que históricamente dio fama al local. Esta compra permitirá dinamizar la oferta cultural junto al ya mencionado Teatro Arnau y la sala Barts, destinada a ser la primera Casa de la Música de Barcelona.
Todo ello, irá acompañado por una imagen de marca diferenciadora y atractiva. Se proyecta desde campañas de publicidad propias hasta la creación de una señalética específica con el objetivo de que se convierta en un signo inequívoco de estar en uno de los barrios potencialmente más atractivos de la ciudad.
Dinamización socio-comercial
Convertirse en un referente de la cultura y el ocio en Barcelona es el principal objetivo de esta renovación, pero no el único. La oficina técnica de coordinación también tiene previsto implementar un plan de dinamización socio-comercial de la zona.
De hecho, el comercio es uno de los sectores más importantes de la Ciudad Condal, representa un 15% del PIB, pero en el Paral·lel se ha vivido en los últimos años una degradación del espacio público. Es debido al creciente número de locales vacíos por cierre de actividad, pero, sobre todo, por la falta de atractivo del comercio existente e, incluso, una orientación del comercio que no siempre responde a las necesidades reales de los vecinos.
Comercio de proximidad y artesanía
Actualmente, alimentación y restauración son las actividades más presentes en los barrios que comparten la avenida. Dentro del plan socio-comercial que se quiere implantar des del ayuntamiento, se pretende impulsar y visibilizar el tejido comercial vinculado a la historia de la zona y adaptado a las necesidades actuales.
Así, se plantean entre sus principales objetivos en este ámbito convertirse en un nuevo polo de atracción de visitantes, tanto locales, como nacionales e internacionales, que den un empujón definitivo al comercio y a la economía local. La diversificación de actividades comerciales, especialmente que potencien el comercio de proximidad y la artesanía, pueden tener un papel clave en este nuevo Paral·lel que se dibuja en un futuro cercano.
Nuevo uso de viviendas
A esta serie de actuaciones, le sigue un impulso al nuevo uso de viviendas y a la construcción de una residencia de estudiantes, que tendrán un papel revulsivo en la probable renovación demográfica en la zona, actualmente con una media de vecinos envejecida y con un nivel bajo de estudios y renta.
El nuevo perfil de vecinos que se proyecta a corto-medio plazo también tendrá un papel clave en la dinamización del comercio de la zona. Una actividad que vertebrará el futuro de la avenida, como eje fundamental para fomentar el consumo de proximidad a partir de productos tanto tradicionales como innovadores, que también favorecerá a los barrios adyacentes y enriquecerá la vida cotidiana. En otras palabras, lograr nuevas dinámicas a partir de los comercios locales que aprovechen todo el potencial de Paral·lel y del cambio demográfico que supondrá gracias a la mejora de atractivo de la zona.
Promoción económica de la zona
En consecuencia, el comercio y la cultura tendrán un papel central a la hora de promover económicamente la zona, impulsando y reforzando los tejidos asociativos y siempre respetando su rica historia. Una base sólida para que el Paral·lel pueda posicionarse definitivamente como foco de atracción para visitantes, tanto locales como extranjeros.
La apuesta por el proyecto se entiende no solo como una importante limpieza de cara, sino como el asentamiento de bases que convertirá la zona en un imprescindible para todo aquel que no solo quiera diversión nocturna, sino que busque un espacio de intercambio sociocultural, de carácter juvenil y próximo a las inquietudes de los vecinos y comerciantes.