Condenado a 21 meses de cárcel al rey de los discapacitados, un activista por los derechos de los minusválidos que llegó a salir en televisión denunciando discriminación en, por ejemplo, el Metro de Madrid.
José Manuel S. ha aceptado la pena que le pedía el fiscal tras ser interceptado en Molins de Rei (Barcelona) con diversas acreditaciones de minusvalía y de identificación de su perro-guía que resultaron ser falsas. El activista se ha avenido al castigo del ministerio público: no entrará en prisión al carecer de antecedentes.
Tarjetas para aparcar gratis
Los hechos se remontan a 2019, cuando José Manuel fue cazado por un policía local de Molins de Rei (Barcelona) con dos certificados falsos de discapacidad: el suyo para aparcar y un segundo para su perro-guía. Iba acompañado de otro hombre.
Tras ello, el mismo efectivo policial, T.S.P., con formación específica en grafología, grafística y falsedad documental, interceptó otras tarjetas falsificadas que acreditaban una presunta minusvalía. El ahora sentenciado portaba cartillas supuestamente emitidas por el Gobierno de Aragón, el Gobierno de Navarra y la Comunidad de Madrid, entre otros.
Condenado a dos años
El caso recaló en el juzgado de Instrucción número 7 de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona). Finalmente, el tribunal ha impuesto al rey de los discapacitados y su acompañante una pena de 21 meses de prisión y una multa por estafa continuada.
Fuentes judiciales han indicado que el condenado aceptó la pena que propuso la fiscalía. No entrará en prisión al no tener antecedentes penales.
Denuncia pública
El incidente y el lance judicial tendrían escasa trascendencia salvo por el hecho de que José Manuel S. se significó públicamente en 2015 por los derechos de las personas discapacitadas. Apareció en televisión defendiendo el derecho de su perro-guía de entrar en el Metro de Madrid.
Consiguió a base de presión que el operador de transporte cambiase las normas de acceso de los canes acompañantes. Antes, en 2009, el activista había alertado también públicamente que el párroco de su pueblo le negaba la condición de padrino de sus sobrinos por su condición sexual.