Un 28% de las personas LGTBI oculta su orientación sexual en el trabajo y un 25% asegura haber sufrido acoso o discriminación por esta razón. Así se constata en la encuesta Actua II que ha elaborado UGT con el apoyo de la Diputación de Barcelona para conocer la realidad laboral de este colectivo. En rueda de prensa, Santos Félix, responsable del Grupo LGTBI-UGT de Cataluña ha recordado, junto a Eva Gajardo, secretaria de Igualdad y Formación del sindicato, que el estudio se presenta tres días antes del 17 de mayo, una jornada histórica en la que la OMS dejó de considerar como enfermos a las personas con orientaciones sexuales diversas. A modo de conclusión, Félix ha asegurado que "la situación actual pone en evidencia que las personas prefieren aguantar carros y carretas que perder el trabajo".
En el estudio han participado 671 personas, de las 922.968 a las que ha llegado el formulario. De ellas, un 66,5% son mujeres y el 33,5% hombres. En la misma línea, los integrantes de la muestra se distribuyen de la siguiente forma: un 72% se considera heterosexual, un 12,1% gay, el 8% bisexual, el 6,6% lesbiana y el 1,3% no se identifican con ninguna de las opciones anteriores. En cuanto al tiempo de contrato, un 92% de las personas heterosexuales consultados lo tiene indefinido, enfrente del 70% de los LGTBI.
Visibilidad de las agresiones
Un 35,3% de los encuestados asegura que ha oído comentarios o presenciados comportamientos discriminatorios hacia sus compañeros LGTBI, en forma de bromas, mobbing o directamente con insultos. Este dato es similar al que se obtuvo en 2018 en la encuesta Actúa 1, en la que el 36% respondió afirmativamente.
Por otra parte, un 23,5% no sabe que tiene compañeros del colectivo y un 9,5% declara que cree que sí. El dato positivo es que hay mayor visibilidad que hace tres años, dado que el 67,6% tiene constancia, nueve puntos más que en la última encuesta.
Bromas que no hacen gracia
Las formas de discriminar u ofender a una persona LGBTI son diversas, pero predominan las bromas en un 89,1% de los casos, seguidas por los insultos (19,4%), mobbing laboral, con un 8,1% y el acoso sexual, 4,2%. El abuso de poder también está presente en las actitudes negativas hacia miembros del colectivo, dado que un 23,3% de ellas vienen de cargos superiores, aunque el grueso (83,3%) fueron perpetradas por personas del mismo rango.
En el momento de buscar trabajo, cuatro de cada diez aseguran que ocultan su condición sexual y tres de cada diez esconden su identidad de género. Esta razón tiene la explicación en que un 7% de los encuestados afirma que lo han rechazado de un puesto laboral por su orientación y un 5,9% por su identidad. En este sentido, entre los que trabajan, un 36,2% no se siente seguro al hablar de su condición LGTBI.
Silencio culpable
Las situaciones explicadas en las líneas precedentes se derivan en que un 20,7% de las personas del colectivo se sienten incomodas, sufren ansiedad o estrés por el echo de ocultar su orientación sexual. En la misma línea, un 1,6% han requerido la baja médica debido a esta situación, un porcentaje que, aunque es reducido, no deja ser preocupante.
La sensación de incomodidad con derivaciones médicas se entiende en un contexto en el que un 61,1% de los encuestados asegura que solo seis de cada diez compañeros se han posicionado a su favor tras conocer casos de discriminación o acoso. Según los datos de la encuesta, los ataques no se limitan a una sola ocasión, dado que un 15,4% afirma que han sido víctimas de agresiones en más de dos oportunidades.
Hay protocolos, pero no se conocen
En la actualidad son muchas las empresas que cuentan con protocolos contra el acoso laboral, que incorporan de forma específica a las personas LGTBI. Sin embargo, este último elemento lo desconocen el 45,5% de los consultados, mientras que el 24% directamente afirman que no hay un plan de este tipo. Tan solo tres de cada diez saben que hay políticas en las empresa en materia de igualdad.
En cuanto al conocimiento sobre la activación de los protocolos para garantizar el bienestar de las personas del colectivo, tan solo un 4,9% lo sabe, una situación que se puede entender en un contexto en el que únicamente el 8,6% dice conocer que se han negociado cláusulas contra la discriminación en centros de trabajo.