Todo sobre la alimentación bio para tu bebé

La alimentación infantil bio (biológica) o eco (ecológica) se ha convertido en la alternativa más sana para los bebés, y ha revolucionado el mercado alimentario con múltiples ventas de este tipo de productos. El sector de la alimentación infantil ha decrecido durante el 2020 hasta un -12% en contraposición a la categoría de alimentación infantil ecológica, que ha aumentado un 18%, según datos del sector retail (consultora IRI).

En España han surgido durante los últimos años empresas especializadas en alimentos bio para bebés como Smileat Baby. Esta compañía fundada en 2015 ha contado con una facturación de 3,2 millones de euros este último año. Alberto Jiménez, cofundador de SMILEAT Baby, señala que “la alimentación infantil ecológica lleva años creciendo. Y este año, a pesar de la pandemia, ha seguido aumentando aún más. De hecho, en nuestras ventas e-commerce hemos crecido un 177% este 2020”.

Imágenes de alimentación para un bebé de 8 meses / NESTLE

Terminología ‘eco’, ‘bio’ y ‘orgánico’

La popularidad de las etiquetas como bio, promovidas por estas nuevas empresas especializadas en este tipo de alimentación, han empujado a que las grandes compañías alimentarias trabajen también en una línea de productos ecológicos de alimentación infantil dado el crecimiento continuo del sector.

Alexandra Verdú-Bütikofer, presidenta de Intereco, asociación de autoridades de control de la producción ecológica de España, especifica que “la normativa europea protege el uso de los términos ecológico, biológico u orgánico”. Por este motivo, solo los productos que están sometidos a control y certificación por parte de las autoridades pueden hacer uso de esta terminología, y utilizar el sello de la eurohoja de la Unión Europea. Y aclara Verdú-Bütikofer que ésta “es obligatoria. En caso contrario, estaríamos ante un fraude”.

¿Qué es la alimentación bio o eco?

Los productos eco o bio (ecológicos o biológicos) que han obtenido la certificación europea y autonómica se denominan de esta forma porque están elaborados con materia prima natural sin aditivos. Rosa Baró, dietista-nutricionista y portavoz del Colegi de Nutricionistes-Dietistes de Catalunya (CoDiNuCat) insiste en que la materia prima de estos productos “no puede usar pesticidas para el control de plagas, ni transgénicos; sólo fertilizantes naturales, llamados biodinámicos”. No se pueden utilizar fertilizantes minerales nitrogenados y solo puede usarse un suelo que previamente ha sido aprobado para su uso ecológico.

Las hortalizas y frutas en la alimentación bio son cultivadas “sin fertilizantes minerales nitrogenados, y solo puede usarse un suelo que previamente ha sido aprobado para su uso ecológico” concluye Baró. La carne empleada proviene de ganaderías que no usan antibióticos ni hormonas para sus animales y respetan el ciclo natural de reproducción del animal. Además, las instalaciones de estas ganaderías se desinfectan con productos autorizados no sintéticos.

Niño con una fruta en las manos / PIQSELS

Todo tiene un precio

La etiqueta eco o bio tiene un gran éxito comercial y puede llegar a costar hasta un 25% ó 30% más de media que los productos que no llevan esta etiqueta, especialmente en alimentación infantil. Se considera que los productos ecológicos suelen ser más caros que los convencionales, debido a que su producción conlleva un coste extra. Pero, según un estudio desarrollado por la Sociedad Española de Agricultura Ecológica / Agroecología (SEAE), “la agricultura ecológica es significativamente más rentable (22-35%) y tiene mayores tasas de beneficio/coste (20-24%) que la agricultura convencional”.

También se destaca que “la agricultura convencional es responsable de la pérdida del 60% en biodiversidad terrestre, el 20% de la sobreexplotación de acuíferos, el 24% de las emisiones de gases y un 33% de los suelos degradados”. A este estudio se han adherido recientemente entidades como Intereco y Greenpeace, e incluso instituciones como el Consell Balear de la Producció Agrària Ecològica y el Consejo de Agricultura Ecológica de la Comunidad de Castilla y León.

Identificar un producto bio

La nutricionista Rosa Baró especifica que desde el punto de vista nutricional “no existe evidencia alguna de que los alimentos ecológicos sean mucho más nutritivos que los alimentos convencionales”. La diferencia se centra no tanto en el valor nutricional, sino en que “el consumo de alimentos orgánicos sí puede reducir la exposición a los residuos de plaguicidas y de bacterias resistentes a los antibióticos”.

Un bebe a punto de dar un bocado / PEXELS

Para identificar los productos ecológicos de los que no lo son, no solo debemos fijarnos en la etiqueta eco o bio. Alfredo de Lara, cofundador de Yammy, compañía de alimentación infantil bio fundada en 2017, explica las claves para identificar los productos realmente eco de los que no lo son: “Debemos fijarnos en que el producto tenga los certificados oficiales ecológicos como son el sello ECO de calidad de la Unión Europea, y el sello ECO que proporciona cada Comunidad Autonóma en España”. Y añade: “Siendo puristas, un verdadero producto eco no debería tener ingredientes que no puedas encontrar en tu propia cocina o despensa”.

Tipos de productos bio para bebés

En el mercado, se pueden adquirir diferentes formatos y tipos de productos de alimentación bio para las criaturas. Encontramos papillas de frutas o de cereales, potitos de verduras o de frutas, zumos, leches ecológicas de vaca o de cabra... Todas las opciones elaboradas con alimentos con sello ecológico, y también alimentos procesados como las galletas bio.

La experta en nutrición Rosa Baró aconseja a las personas que quieran comprar productos interesantes para bebés que busquen “que sea una comida completa en verduras y proteínas, sin aporte extra de harinas para abaratar el precio”. Y añade: “Y rotar el tipo de proteínas aportando carne, ave, pescado o legumbres, sin sal, con aceite de oliva virgen extra y cocinados respetando sus propiedades, como al vapor”.

¿Es una revolución en la alimentación para bebés?

Se trata de una alternativa saludable, dado que los bebés son especialmente sensibles a algunas sustancias como fertilizantes o pesticidas sintéticos. “Pero la revolución real que necesitamos es que nos preocupemos por la alimentación saludable de nuestros bebés y sobre todo por la pandemia que sufren los niños hace años, la obesidad”, demanda Baró.

“No nos obsesionemos con los productos ecológicos, lo importante es elegir buena materia prima, de proximidad, de temporada, fresca y cocinada por nosotros”. Así define la dietista como la mejor opción de alimentación infantil y familiar.

Sector ecológico unido

Es común que las compañías del sector se unan a organizaciones como la Asociación Española de Elaboradores y Comercializadores Ecológicos (ASOBIO) para ayudar a fomentar la alimentación ecológica en el mercado nacional, y ser un punto de encuentro profesional para el sector.

Smileat Baby es socio de Asobio, una organización creada en 2020 que agrupa a las principales empresas productoras, elaboradoras y comercializadoras del sector ecológico nacional. Estas compañías provienen de la producción, la transformación, y hasta la comercialización del modelo de agricultura ecológica.