Durante 2019, 56 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en España; nueve de ellas en Cataluña. Ese mismo año, la violencia de género acabó con la vida de tres niños, todos ellos a manos de sus padres biológicos, mientras que otros 47 menores quedaban huérfanos. En 12 de los casos (el 21,4%) había denuncia previa contra el agresor.
Según los datos que ha publicado este viernes el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, durante ese año se produjo un asesinato machista cada 6,5 días. Tres más que en 2018.
Convivir con el agresor
El perfil de la víctima es el de una mujer con 44 años de media que, en más de la mitad de los casos --64,3%--, convivía con su agresor en el momento en que este cometió el crimen. En cerca de cuatro de cada diez feminicidios --39,3%--, el agresor era el marido de la víctima. En el 42,9% de los casos, mantenían otra relación afectiva. Cerca de seis de cada diez víctimas eran españolas y el 41,1%, de otros países.
Cuatro de cada cinco crímenes machistas se cometieron en domicilios, bien el común o el de uno de los miembros de la pareja o expareja. También el 70% de las agresiones se registraron en espacios compartidos por víctima y agresor.
Barcelona, la segunda ciudad con más crímenes
Más de la mitad de los crímenes (51,8%) se perpetraron con un arma blanca; a golpes el 18% o con un arma de fuego el 16%. De estos últimos, casi ocho de cada diez terminaron con el suicidio del agresor. Las ciudades con más crímenes en todo 2019 son Madrid, con 53; Barcelona, con 25 y Valencia y Zaragoza, con 18.
En cuanto a los agresores, eran varones con 48 años de media. Seis de cada diez, de origen español. Casi el 50% fueron detenidos tras cometer el crimen. Un 14% se entregó y otro 30% se quitó la vida tras el feminicidio. La mayoría de ellos, estaban o estuvieron casados con la víctima.
Denunciar al maltratador
Durante 2019, una de cada cinco asesinadas había denunciado a su maltratador. Las víctimas ratificaron el contenido de la denuncia en el 58,3% de los procedimientos. En cuatro casos, se acogieron a la dispensa del deber legal de declarar.
El mismo año, tres menores --dos de 10 años y uno de 15-- fueron asesinados. En uno de los casos, el agresor acabó con la vida de la madre y la de uno de sus hijos, logrando huir el segundo. Los tres eran varones y el agresor, su padre biológico. De todos ellos hubo denuncias previas de las madres.