Los Reyes Magos han llegado este martes por la noche cargados de regalos y juguetes para los más pequeños en uno de sus años más duros y difíciles. Su irrupción devolverá la alegría y la felicidad a miles de hogares catalanes en una época trágica y sin apenas motivos para ellas a causa del coronavirus. Una pandemia que sigue al alza, y cuyos contagios, de hecho, han impedido a Sus Majestades de Oriente realizar sus cabalgatas en el formato tradicional de toda la vida.
Así, sus habituales y masivos desfiles se han sustituido por otro tipo de actos, muy diferentes a los multitudinarios recibimientos que niños y mayores les solían dispensar cada año. La pandemia obligaba a que los eventos se realizaran en formato reducido, con pocos asistentes --o incluso sin ellos-- y, en muchos casos, teniendo que pedir cita previa para limitar aforos. En algunas localidades, el trayecto de los Reyes pudo seguirse desde las ventanas y balcones. En otras, en cambio, sólo hubo opción de verlo retransmitido por televisión o internet.
Todo ello, para proteger la salud pública y evitar nuevos contagios, como por ejemplo el de la alcaldesa de Rubí (Barcelona), Ana María Martínez, que no pudo recibir a Sus Majestades al haber dado positivo en las pruebas de Covid-19.
Música, color y baile
En el caso de Barcelona, los Reyes llegaron, como siempre, por mar --al igual que en Tarragona--, recorriendo el litoral a bordo del pailebote Santa Eulàlia y desembarcando en el muelle del Fòrum. Pero, a diferencia de otros años, esta vez no hubo desfile, ni multitudes en las calles para verles. En su lugar, el ayuntamiento de la capital catalana dispuso un colorido espectáculo teatral de música y baile en ese mismo emplazamiento ante medio millar de niños, padres y familiares que --con las medidas de protección pertinentes-- desafiaron el intenso y gélido frío de estos días en la ciudad.
Ante el imponente barco de los Reyes, Ada Colau entregó la llave mágica de la ciudad a Melchor, Gaspar y Baltasar, y pronunció un discurso en el cual tuvo palabras de recuerdo para las víctimas de la pandemia: "Esta Navidad es más complicada que otras. Echamos de menos a muchas personas", apuntó, antes de ceder las palabras a Melchor, que habló en representación de Sus Majestades de Oriente.
El Rey Melchor correspondió a la alcaldesa entregándole una semilla para que todo el mundo crezca fuerte y lleno de energía, mientras que Gaspar aportó un mineral que refleja la luz "para demostrar lo importante que es la ciencia, el conocimiento y la cultura", y Baltasar dio una pluma de ave del paraíso para seguir cuidando el medio ambiente.
Hijos de trabajadores esenciales
En representación de todos los niños de la ciudad, 300 hijos e hijas de los trabajadores de los colectivos que han estado en la "primera línea contra la pandemia" estuvieron en el puerto del Fòrum para dar la bienvenida a Sus Majestades de Oriente.
El espectáculo musical, retransmitido por Betevé, TVE Cataluña y TV3, mostró cómo los Reyes, sus pajes y ayudantes ultimaban todos los detalles para poder llevar los regalos a todas las casas de la ciudad.