El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, durante la reunión telemática con alcaldes de la Cerdanya y el Ripollès / EP

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, durante la reunión telemática con alcaldes de la Cerdanya y el Ripollès / EP

Vida

La Cerdanya y el Ripollès exigen ayuda inmediata al Govern, pero solo reciben promesas

El Ejecutivo catalán no consigue acallar las voces críticas que han surgido en ambas comarcas por imponerles un confinamiento exprés

23 diciembre, 2020 19:09

El cierre repentino e inesperado del Ripollès y la Cerdanya a dos días de Navidad, con las reservas de hoteles y restaurantes ya cerradas, ha provocado una inconsolable indignación por la afectación que tendrá en la economía de las dos comarcas. Los consejos comarcales del Ripollès y la Cerdanya, los alcaldes de los municipios, el sector de la restauración y los vecinos, los que viven de la hostelería y los que no, han reclamado al Govern que compense a todos los afectados por el confinamiento perimetral que decretó el martes para intentar frenar el avance del virus.

Sin embargo, todo lo que han obtenido ha sido la promesa de que se les compensará de alguna forma, sin concretar qué tipo de ayudas recibirán ni si llegarán a tiempo de que algunos locales se vean obligados a bajar la persiana, quizá definitivamente.

Quizá la semana próxima

El Govern ha anunciado medidas compensatorias para los sectores afectados, especialmente aquellos vinculados a la hostelería, la restauración y el turismo en general. Al menos eso es lo que ha explicado el Ejecutivo en un comunicado este miércoles tras la reunión telemática del vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó; el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, y otros cargos del Govern con los representantes de los perjudicados.

 Además, el Govern se ha comprometido a convocar una reunión para la semana que viene con el objetivo de estudiar qué sectores son susceptibles de recibir ayudas y ha reafirmado su voluntad de asegurar que los afectados "puedan pedir de manera ágil las ayudas y recibirlas de manera rápida". No se sabe si la Generalitat tiene algún plan para socorrer a los damnificados o si solo trata de dar largas al asunto.

Situación crítica

Según los presidentes de los consejos comarcales del Ripollès y la Cerdanya, Roser Bombardó y Joaquim Colomer, respectivamente, este ‘cerrojazo’ afectará mucho a los negocios locales, que ya se encuentran en una situación crítica como consecuencia de las restricciones que se han aplicado desde el inicio de la pandemia.

“La vida de las personas pasa por delante de todo, pero estamos en un momento económico muy complicado y el sector turístico se resentirá mucho por esta decisión, y hemos pedido a la Generalitat que destine recursos para compensarlo”, han reclamado a la vez que han insistido en que las ayudas deben ser “inmediatas”: “Ni créditos ICO ni que lleguen en no sé cuántos meses”.

Improvisación

De hecho, Colomer ha criticado que el Departamento de Salud anunciara el cierre perimetral sólo unas horas antes de aplicarlo. “No es una decisión que se pueda tomar de un día para otro, no tienen en cuenta nada: ni si los restaurantes tienen las neveras llenas ni si las casas rurales y hoteles están llenos de gente”.

Además, el presidente del consejo comarcal del Ripollès también exige saber “qué medidas extraordinarias” ha aplicado Salud en la comarca antes de tomar esta decisión.

Los hosteleros, hartos

También, la Asociación de Hostelería del Ripollès ha pedido al Govern ayudas económicas porque el sector se encuentra en una “situación límite”, y ha lamentado que haya tomado esta decisión “24 horas antes de las fiestas de Navidad”, cuando los negocios esperaban mejorar los números rojos acumulados durante la pandemia.

Por eso, no entienden, según explican en un comunicado, que la Generalitat no haya ofrecido compensaciones económicas para las empresas que ha obligado a cerrar. “Las ayudas deberían ser de como mínimo un 70% de la facturación del año anterior, o deberían cubrir todos los gastos empresariales”, han reclamado antes de cargar contra el cierre: “Tampoco entendemos que si la restricción es efectiva a las 12 horas de la noche, no se publique en el DOGC hasta las 7 de la mañana del día siguiente”.

Las ayudas, ya

Desde el ayuntamiento de Puigcerdà, su alcalde, Albert Piñeira, también ha pedido al ejecutivo catalán que aplique un “paquete importante de medidas para la reactivación económica” de la población y de toda la comarca.

“Es necesario que las medidas de soporte económico se aprueben de manera rápida, que dispongan de una dotación económica suficiente y que lleguen con celeridad y efectividad a los trabajadores y las empresas”, ha reclamado Piñeira en un comunicado.

Prioridad en las vacunas

Y su homólogo en Ripoll, Jordi Munell, ha pedido que los vecinos de estas dos comarcas sean los primeros en vacunarse en Cataluña. “Sería una manera de compensar y de ayudarnos a coger la inmunidad”, ha defendido.

Munell ha calificado el cierre perimetral de “demasiado contundente” porque considera que habría sido mejor aplicar restricciones “más quirúrgicas y sanitarias”.

‘Cacerolada’ en Puigcerdà

La indignación abarca a ambas comarcas en toda su extensión. Un centenar de trabajadores de la restauración han participado esta mañana en una concentración de protesta en Puigcerdà contra el confinamiento y han exigido ayudas para salvar el sector. Con pancartas y cazuelas, los manifestantes han mostrado su malestar delante del ayuntamiento de Puigcerdà y han exigido "dimisiones". La Asociación de Bares y Restaurantes de la Cerdanya se ha sumado a las peticiones de las dos comarcas afectadas y ha pedido al Govern ayudas “efectivas” y "directas" que cubran las pérdidas que ellos tendrán que asumir a consecuencia del confinamiento perimetral.

El presidente de Empresariat Cerdanya, Francesc Armengol, ha reprochado al ejecutivo de Pere Aragonès la decisión que han tomado. “Nos cierran porque es más fácil cerrar una comarca de 18.000 habitantes que decir a tres millones del área metropolitana de Barcelona que se queden en casa”, ha argumentado.