Los mosquitos son los mayores enemigos de las personas que desean tomar el fresco en las cálidas noches de verano. El silencio nocturno solo se ve interrumpido por el zumbido de sus alas revoloteando junto a las cabezas.
Sin embargo, el cambio climático esta suponiendo un incremento paulatino de las temperaturas y de la humedad, una situación que posibilita una presencia cada vez mayor de estos pequeños insectos. De hecho, en lo que llevamos de otoño se han contabilizado más del doble de mosquitos tigre que en todo el periodo anterior.
Un clima idóneo
La etapa con más proliferación empezó gracias a una primavera especialmente cálida. A este clima se le unió la circunstancia de que el aislamiento impidió que los ciudadanos acudieran a sus segundas residencias en la montaña o en la playa, de forma que no se pudo hacer el mantenimiento de las zonas con acumulación de agua o de los jardines.
A la época de las flores, que desgraciadamente se ha tenido que observar desde los balcones de las casas, le ha seguido un verano muy cálido, pero en el que también se han registrado episodios de fuertes lluvias en el ámbito peninsular.
Jacuzzi mediterráneo
Otro factor de crecimiento se encuentra en el calentamiento sostenido que está experimentando el Mediterráneo en los últimos años. Una realidad que preocupa, y mucho, a los científicos. Los veranos se han vuelto extremadamente cálidos, con temperaturas que, por ejemplo, en las Islas Baleares raramente bajan de los 25 grados durante la noche.
Además, durante este periodo, resulta cada vez más habitual tener precipitaciones de forma regular, cuando normalmente el Mediterráneo se caracteriza por una concentración de las lluvias entre finales de agosto y octubre.
El mosquito tigre gana terreno
Según datos de Mosquito Alert, una plataforma para contabilizar ejemplares que se puso en marcha en 2014, este año se han contabilizado más de doble que en el año 2019. Los datos informan de que, entre octubre y noviembre, se han registrado 250 observaciones de mosquito tigre, cuando en el mismo periodo de año pasado fueron 116. El total de avistaciones en todo lo que llevamos de 2020 asciende hasta las 1.798, que doblan las 885 del año pasado.
El problema de la expansión de este tipo de insecto, originario del sudeste asiático, radica en que es un vector de transmisión de más de 22 enfermedades infecciosas, entre las que se encuentra el dengue o el chikungunya. Por otra parte, es un tipo de mosquito más grande que el autóctono, con lo cual sus picadas producen una reacción diferente, caracterizada por una mayor picazón y molestia.
¿Cómo evitar su presencia?
A pesar de que el bicho ya está perfectamente implantado en nuestro hábitat, hay algunas actuaciones que se pueden realizar con el fin de evitar su proliferación. Algunos consejos pasan por evitar acumulaciones de agua que permitan la acumulación de sus huevos, cubrir con tela mosquitera aquellos recipientes que no se pueden vaciar, desaguar las piscinas exteriores hinchables cada tres o cuatro días, o retirarlas si no se va a proceder a su uso.
En caso de picadura, se recomiendo proceder al lavado inmediato con agua y jabón de la zona afectada y desinfectar bien la zona. También funcionan productos como el Afterbite, a base de amoniaco, que calma rápidamente el escozor.