Las playas de Barcelona no se recuperan al ritmo previsto. El temporal Gloria de hace un año y, sobre todo, el cambio climático provoca que, año tras año, el mar gane terreno.

Para tratar de evitar esta situación, el Ayuntamiento de la ciudad anuncia la creación de un grupo de expertos para frenar el deterioro del frente marítimo y reclama ayuda al Gobierno.

Situación "crítica"

Las playas de la capital catalana son mayoritariamente de origen artificial y experimentan de forma regular modificaciones como respuesta natural a la acción del oleaje. Esto, sumado a la falta de aportaciones naturales de sedimento, el impacto del oleaje y las corrientes marinas, hace que a cada vez haya menos arena.

En algunos puntos, el retroceso de la línea de la costa es tan obvio que la situación es "crítica" y se registran zonas con menos de 25 metros de amplitud. “Sí o sí necesitamos una aportación extraordinaria hasta que tengamos un modelo de gestión, mientras no se decide qué medidas tomamos a medio y largo plazo. Hay zonas de las playas donde no hay acceso a los bañistas”, señala el concejal de Emergencia Climática y Transición Energética, Eloi Badia.

Reclamo al Gobierno

El regidor apunta que en 2005 el consistorio y el Ministerio de Medio Ambiente firmaron un protocolo para la protección y reparación de la fachada marítima de Barcelona. Aun así, sólo se ejecutó el Proyecto de Estabilización hasta 2010.

El problema, en cambio, persiste y actualmente las pérdidas de arena se sitúan sobre los 40.000 metros cúbicos al año. "Tenemos una parte de recuperación que es natural, pero hay una necesidad muy grande y necesitamos una aportación extraordinaria", advierte.

Últimas actuaciones

Las últimas aportaciones que se hicieron fueron: 100.000 metros cúbicos, en 2009 y 750.000, en 2010. Desde entonces, las únicas aportaciones han sido con sedimentos procedentes de la bocana del Port Olímpic de Barcelona, de un orden de entre 6.000 y 8.000 metros cúbicos anuales.

De los 850.000 metros cúbicos de arena aportados en esos dos años, se ha perdido casi el 70%. La situación en la que se encuentran playas como la de la Mar Bella, que se ha cerrado por tener menos de 25 metros de amplitud de arena, es "delicada", lamenta.

Proyecto

Ante esta situación, el Ayuntamiento ha decidido crear un grupo de expertos que aborde la pérdida de arena en las playas, los usos que se harán de estos espacios y el papel de la biodiversidad. El grupo debe trabajar al respecto durante un año y que a finales de 2021 defina las propuestas de actuación.

Este equipo debe proponer nuevas medidas con las vistas puestas en la situación de 2030-2050. Un plan que se debe ir “actualizando" ya que debe seguir aplicándose hasta finales de siglo.