Los hoteleros y empresarios catalanes rechazan el incremento del Impuesto de Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET), cuya tramitación ha iniciado el Ayuntamiento de Barcelona este lunes y, de no haber sorpresas, empezaría a aplicarse el próximo 1 de enero de 2021.
El Parlament aprobó una moratoria a esta medida el pasado julio debido a la situación excepcional provocada por la pandemia de coronavirus. Durante el confinamiento, las pernoctaciones en Cataluña se redujeron en un 99,5%, hecho que motivó que la mayoría de grupos políticos votaran a favor de posponer la entrada en vigor del recargo. Ahora parece que el tiempo de descuento está a punto de expirar, pero los afectados expresan su frustración al respecto, ya que la situación todavía no está normalizada. El incremento de esta tasa, dicen, responde a la voluntad de recaudar y fomenta la ilegalidad de los establecimientos turísticos.
Contra los apartamentos turísticos
Uno de los motivos por los que el consistorio barcelonés cree que es necesario incrementar el iEET es la proliferación de apartamentos turísticos. Su teoría es que, ahora mismo, a los propietarios les sale más rentable alquilar sus pisos a turistas. El incremento de la tasa en cuestión, que supone un incremento del precio final de la habitación, podría disuadirles y favorecer la oferta de vivienda en alquiler de la ciudad.
El presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), Enrique Alcántara, considera que la solución pasa por acabar con los establecimientos turísticos sin licencia. A su parecer, "no es el momento oportuno" para aplicar dicho incremento. “Con él están consiguiendo todo lo contrario: fomentar la ilegalidad. Los establecimientos legales cada vez lo tiene más difícil para competir con los ilegales”, lamenta Alcántara.
Una tasa que “penaliza”
Santiago García-Nieto, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (ConfeCat) ha tildado el incremento del impuesto turístico de “increíble y vergonzoso”.
García-Nieto cree que, con el 80% de los hoteles de la capital catalana cerrados y una ocupación de entorno al 15% en los que permanecen abiertos, esta medida no tiene sentido. “Esta tasa nos penaliza”, ha expresado el presidente de ConfeCat.
¿Medida recaudatoria?
Martí Serraté, representante de los empresarios hoteleros en el Consell de Gremis de Barcelona, considera que las razones que ha dado el consistorio para incrementar la tasa turística son “excusas”. En su opinión, esta decisión responde más a una “política recaudatoria” que a una voluntad de disuadir ciertos tipos de turismo que no benefician a la ciudad. La realidad es que, según las previsiones del Ayuntamiento, este impuesto supondría 20.000 euros anuales en las arcas consistoriales.
“Nos encontramos en un momento en el que la ciudad debe ser competitiva”, expresa Serraté, que comenta cómo la hostelería y el comercio viven enfocados en recuperarse con próximas campañas como la de la Semana Santa 2021 y no pueden exponerse a más vaivenes.
Aplicación dudosa
En una rueda de prensa telemática este lunes, el concejal de Turismo e Industrias Creativas, Xavier Marcé, ha aclarado que la aplicación de la tasa se hará en función de las circunstancias, de manera que no ha descartado aplicar una nueva moratoria. "Podría ser perfectamente posible que conviniera hacer una moratoria que alargase su aplicación hasta el mes de julio, en función de cómo esté en ese momento el proceso de recuperación turística", ha sostenido.
La aprobación provisional de la ordenanza fiscal que permite poner en marcha el recargo por parte del gobierno municipal es el primer trámite administrativo obligatorio. Ahora, la propuesta continuará con su tramitación hasta su aprobación definitiva, pasando por la comisión de Economía y Hacienda de esta semana y el Plenario del Consejo Municipal de este mes.
Turismo a la baja
La razón para una segunda posible moratoria es clara: el turismo en la ciudad condal sigue a la baja. Un estudio elaborado por la Generalitat estima que las pernoctaciones turísticas cayeron más de un 50% este verano en Cataluña --un 58 % en julio y un 50 % en agosto--, en relación a la temporada de 2019.
De hecho, la mayor caída se dio en Barcelona, con un descenso estimado en un 82,8% en el mes de julio y de un 78,9% en agosto. Esto ha provocado que los precios de las habitaciones también disminuyan. Concretamente, la habitación doble de hotel se ha vendido de media por 94,18 euros, un 15 % menos que en 2019.
La tasa turística en Europa
Lo que sí está claro es que, tarde o temprano, el incremento de la tasa turística llegará. Barcelona es una de las ciudades de Europa con un impuesto de este tipo más bajo: entre 0,60 céntimos y 1,25 euros por persona y pernoctación.
Otras ciudades como Roma o París ya llevan años cobrando a los turistas que se hospedan en ellas. La ciudad del Coliseo les cobra a los turistas entre 2 y 3 euros por noche, mientras que dormir en la urbe de La torre Eiffel cuesta entre 1,88 y 5 euros.