Las universidades catalanas han recibido 8.961 solicitudes de estudiantes del resto de España para el próximo curso escolar. Esto supone un aumento del 41% respecto al año pasado --cuando se registraron 6.354 peticiones-- y comporta el 16,31% del total.
También ha aumentado la demanda de plazas por parte de alumnos procedentes del extranjero para el año académico 2020-2021, al pasar de 3.868 a 4.553 (un 17,7% más).
Estas no son las únicas cifras que aumentan, pues los datos preliminares publicados por el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) muestran que el sistema universitario catalán también bate récords en las notas de admisión, en el número de plazas asignadas y en el de solicitudes: 54.936, concretamente, 7.400 más que en 2019.
Más plazas asignadas para catalanes
En total ya se han asignado 44.588 plazas, lo que significa que el 81,16% de los que lo solicitaron podrán estudiar en Cataluña y que el 61% se formará en el grado que eligió como primera opción.
La cifra baja si se comparan las peticiones y admisiones de los alumnos de otras comunidades autónomas, pues solo el 62,70% de los peticionarios ha obtenido plaza.
Por el contrario, de los 41.422 catalanes que pidieron ingresar en la facultad, el 85,19% ha sido admitido.
Mejores notas en las PAU
Uno de los factores que probablemente hayan afectado al aumento de solicitudes es el incremento en el número de aprobados en las Pruebas de Acceso a la Universidad o PAU.
De los 39.914 aspirantes que se presentaron al examen ordinario el pasado julio (5.400 más que en 2019), 30.838 superaron las pruebas (2.700 más que en la convocatoria anterior).
Por primera vez se han superado los 1.000 estudiantes con un 9 o más en la fase general de la PAU.
No habrá plaza para todos
Este aumento provocará que casi 15.000 alumnos se queden sin poder estudiar en Cataluña, ya que, según los últimos datos publicados por la Generalitat, la comunidad autónoma solo cuenta con 40.322 plazas.
Cabe recordar que en septiembre tendrá lugar la segunda convocatoria de las PAU, un examen al que el año pasado se presentaron 5.437 estudiantes más, por lo que esta cifra podría aumentar.
De momento, 44.588 estudiantes ya tienen su plaza asignada, lo que supone un 81,16% de los solicitantes.
Notas de corte más bajas
Cuando la nota de corte no llega para entrar en una universidad local es hora de empezar a pensar en otras opciones. Así lo hizo Carla, que tras ver truncado su sueño de entrar en Medicina en la Universitat Jaume I de Castellón, apostó por solicitar plaza en Reus.
En ese centro, la nota de corte es un 12,79, unas décimas por debajo del 13,21 necesario para acceder en la capital de la Plana, de donde es natural.
Irene, alicantina que el próximo año estudiará Biotecnología en Tarragona, opina que esta variación en las notas de corte se debe a que en Cataluña “hay más plazas, por lo que la demanda está mejor distribuida”.
“Me hubiera gustado estudiar en Valencia, pero la nota de corte se ha quedado en un 12,4 y no me llega. En Tarragona he entrado porque piden casi un punto menos”, explica la joven.
Misma lengua
Las universidades catalanas también son un reclamo para los jóvenes de las Islas Baleares que, como los valencianos, encuentran más facilidades a la hora de adaptarse gracias al dominio del catalán.
“En la Universitat de les Illes Balears la oferta de grados es muy limitada, pero al hablar la misma lengua tenemos la posibilidad de desplazarnos a Cataluña para ampliar nuestras opciones”, señala Josep, futuro estudiante de Humanidades en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
Su amiga Núria, que ya ha sido admitida en Derecho en el mismo centro, cree que el tema del idioma les da “ventaja” ante estudiantes de otras comunidades autónomas.
En su opinión, “ellos no piden plaza aquí porque creen que si no hablan catalán van a tener muy difícil seguir las clases”.
Mejor reputación
Para algunos preuniversitarios escoger un grado con buenas referencias es primordial. Marc, zaragozano de 19 años, repitió las PAU este año porque el anterior no pudo entrar en el grado de Matemáticas de la Universidad Politécnica de Cataluña, que este curso ha registrado la tercera nota de corte más alta de la comunidad.
“Tenía muy claro que quería estudiar allí, y aunque fue un poco duro volver a estudiar todos los exámenes, ahora estoy muy contento”, asegura.
Elena ha escogido estudiar el grado en Filosofía, Política y Economía compartido entre la Pompeu Fabra, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid y la Carlos III.
“No hay ninguna universidad que tenga una carrera así, que te permita estudiar en las dos ciudades más importantes de España y te dé una visión tan amplia del mundo”, argumenta esta madrileña.