Como un jarro de agua fría. Agentes del cuerpo de Mossos d'Esquadra, especialmente de órden público, han encajado "muy mal" y "con gran impacto" la condena "injusta" a dos años y cuatro meses de prisión a uno de sus jefes, el inspector, y mando de las Àrees Regionals de Recursos Operatius (ARRO) en Barcelona, Jordi A., por lesiones a dos indignados durante el desalojo de plaza Catalunya en mayo de 2011.
Fuentes del cuerpo indican a Crónica Global que el inspector es "un gran profesional, con un carácter especial, pero gran trabajador, le echa mil horas al día, pase lo que pase siempre está a pie calle, pendiente de los suyos". Un mando señalado por sectores antisistema, especialmente la CUP, indican los agentes consultados. "Le han grabado en cada actuación, incluso cuando no ha intervenido y ha tenido que soportar un gran escarnio público", lamenta uno de ellos.
Actuación de orden público
A diferencia del apoyo social con el que ha contado el mayor del cuerpo, Josep Lluís Trapero, durante su andadura judicial, recuerdan, Jordi A. "se ha visto solo". Lleva más de una década al frente de esta unidad de antidisturbios, y en marzo de este año ascendió a inspector.
"Ha sido un impacto, porque se está juzgando una actuación de orden público, donde si das golpes es porque te están diciendo que uses la fuerza. Y no lo entendemos. En otros casos se ha podido imponer una multa o indemnización por lesiones, pero más de dos años de prisión como en este caso, no", expone un mosso.
Señalado por los antisistema
Contra la sentencia aún cabe recurso, pero esta "ha sido un palo enorme", para los agentes. "Podíamos esperar todo. Desde una multa a meses de prisión como mal mayor, pero esto no. Fue una actuación de orden público. El dispositivo fue el que fue, las órdenes eran desalojar, la gente estaba sentada en el suelo, y se indicó usar la fuerza. Bien, mal o peor, pero de ahí a esta condena hay un auténtico abismo".
Algunos agentes señalan que igual que ha habido otros juicios contra actuaciones de orden público, en el que se han impuesto penas de multa o meses de prisión, "nadie se esperaba" una condena que, en caso de ser firme, implicará la entrada en prisión del inspector.
"Él ha sido el mosso más señalado por colectivos antisistema, por la CUP, y todo lo que ello supone. Si tenían que grabar un vídeo lo han grabado a él, si tenían que sacar fotos señalando a alguien, era a él. Cualquier actuación en la que estuviera, rápidamente era detectado, filmado y señalado, hiciese lo que hiciese, aunque no actuase", lamenta un agente antidisturbios.
Mensaje negativo
Dentro de su unidad, cuenta con apoyo. "Aprobó la última promoción de inspectores. Dentro del cuerpo está bien valorado, y esta sentencia es un mensaje muy negativo para todos los agentes de orden público: por hacer vuestro trabajo y cumplir órdenes, se os puede condenar", alertan.
Aunque no es la primera vez que condenan a un agente en el marco de una actuación, sí es la primera condena que conllevaría el ingreso en la cárcel. "Siempre eran multas, e incluso, en ocasiones que, estando comprobado que el golpe cumplía el protocolo, la dirección del cuerpo ha alegado que a nivel penal es la persona quien debe hacerse cargo del pago". Por eso, detallan, han hecho "botes" para ayudar a sufragar el coste de la sanción entre el resto de efectivos. "Una cosa es eso, y otra dos años y cuatro meses de prisión", subrayan.
Hasta que la sentencia sea firme, depende del Departamento de Interior que el inspector siga en su puesto, pero fuentes del cuerpo indican que así será, con total seguridad. También avanzan que este recurrirá la sentencia.