“Seguimos teniendo el mismo problema que los últimos dos años. Nuestra calle es cada vez más insegura y hay más tensión entre vecinos y narcos. Durante el confinamiento hemos estado más tiempo en casa; hemos visto más cosas, nos hemos unido y les hemos denunciado, y eso no les gusta nada”. Son palabras de C.B., vecino de la calle Salvador en el barrio barcelonés del Raval. El próximo 9 de junio se celebrará el juicio contra uno de los individuos que tiene atemorizados a los residentes, que se rebelan contra la venta de drogas y los robos que observan desde sus balcones y de los que, en ocasiones, también son víctimas.
Un procedimiento por faltas leves que llega después de las 15 denuncias que han interpuesto en el último mes y medio los residentes en Salvador. Forman un grupo de 70 personas que, durante la pandemia, han constatado que, de forma individual, llevan meses alertando de altercados en su calle. El problema, lamenta C.B., es que del total de quejas, solo dos han llegado al juzgado. “Interpusimos 13 ante la Guardia Urbana, y las dos últimas, hace una semana, ante Mossos d’Esquadra. Las primeras son de ocho vecinos, en pleno confinamiento, cuando un individuo iba por la calle amenazando con un machete; otras dos por un delito de odio contra una pareja homosexual; tres por amenazas, porque el primero les intimidaba para que se las retirasen, y las últimas, una mía, nuevamente --“hijos de puta, ya os pillaré en la calle”-- por amenazas”, detalla a Crónica Global.
15 denuncias por amenazas
“A este señor me lo cruzo cada día cuando salgo de mi casa. Cuando nos encuentra por la calle nos dice que las retiremos o que esto va a ser la guerra. La semana pasada volvió a hacerlo --bajad, os voy a rajar-- ”, relata el afectado. Y es que el hombre del que habla, de mediana edad, vio cómo, durante el confinamiento, agentes de la Guardia Urbana tomaban la denuncia a varios residentes. C.B. señala que se trata de “cuatro o cinco personajes que rondan los 40 años. No se trata de chavales de 18 años, que están muy estigmatizados", dicen en referencia a los extutelados por la Generalitat.
El problema, señala, es que el juicio de la próxima semana solo se celebrará por las dos últimas denuncias. “Tendré que explicarle al magistrado que he denunciado a un señor por amenazas, pero no se tendrán en cuenta las 13 anteriores. Solo que me haya dicho si te veo por la calle, te rajo”, apunta. “No es lo mismo que tú puedas demostrar que es una persona violenta que iba con un machete por la calle, que amenazó a ocho vecinos más, y que ha seguido haciéndolo y que tu denuncia es la número 15”.
Despliegue policial
Este residente en Salvador admite que la presencia policial es constante en la zona. “Aún así, pensamos que, lamentablemente, falta voluntad para atajar la situación. Nosotros tenemos localizados siete pisos. No es que la gente vaya allí para pincharse, pero se venden drogas y también objetos robados”, apunta. También relatan que, al menos en dos ocasiones, otro de los integrantes del citado grupo, ha sido detenido. “Una vez lo pillaron en un terraza, no sé si intentaba ocupar un piso, y en otra porque se enfrentó con una chica que vino a comprarle droga. Se lo llevaron esposado, pero horas después ya estaba de nuevo aquí”.
Este grupo de vecinos relata que a pesar del despliegue de agentes, no mejora la situación. “Cuando se van, el efecto es inmediato: salen como caracoles”, bromea. Su reclamo, que han trasladado a todas las formaciones que integran el plenario municipal, es el de una patrulla itinerante. “Una fija no sirve de nada. Lo han hecho. Si ponen el coche en el centro de la calle, se traslada la venta de drogas a los extremos. Y como tenemos un grupo de 70 vecinos a través del whatsapp, donde reportamos todo lo que pasa, vemos que están en otra zona trapicheando. Lo que pedimos son agentes que vayan a pie por las calles que sabemos que son conflictivas, no solo Salvadors, también Príncep de Viana, de la Cera, Sant Antoni Abad, Cendra y Sant Climent”, reclama.
Robos y trapicheo
Él mismo ha grabado robos --desde un vecino que bajaba de un taxi a una repartidora de Deliveroo-- y peleas durante los últimos días. También ha sido testigo de lo que tilda como “situaciones surrealistas”. “Vemos algún altercado; llamamos a la policía, llega una patrulla en moto, y les preguntan a los protagonistas, que les indican que vayan hacia otra dirección. O sea, los propios narcotraficantes; parece que los vecinos nos inventemos las cosas”, señala. “Se las saben todas. Si llega un agente y se los encuentra en la calle y les piden la documentación, dicen que van a la compra”.
Este vecino apunta que uno de los pisos “activos” en la venta de drogas está gestionado por la Generalitat. “A pesar de ser conocedora de la problemática, y de que el inmueble degrada el barrio, solo han denunciado a una inquilina con alquiler social por impago, pero ahora allí están jóvenes que menudean”, cuenta C.B, quien duda de que “alguien tenga interés real en solucionar la situación”. “La presencia policial es constante, y cuando les llamamos acuden de inmediato, pero no puede ser que nuestras calles sean el estado de la droga”, concluye.
Desde el cuerpo de Mossos d’Esquadra han intensificado el patrullaje en la zona y señalan que gran parte de los “problemas de convivencia” provenían de los habitantes de dos pisos ocupados en Salvador que ya se han recuperado. Subrayan que la presencia policial en la zona continúa y que, ante cualquier requerimiento, acuden a la llamada de los vecinos.