Patinazo del Govern con la pandemia. La Generalitat de Cataluña ha comprado 27 pequeños hospitales de campaña para tratar a pacientes con coronavirus, pero lo ha hecho tarde y mal. El Ejecutivo autonómico adquirió los hinchables tácticos, pero olvidó encargar la instalación eléctrica, la iluminación y el mobiliario interior que acompañan a las estructuras. Ahora, las tiendas de campaña reposan en un almacén secreto de Emergencias de Cataluña (SEM) en Barcelona sin haber sido utilizadas.

Según han informado fuentes conocedoras de la operación, el SEM ha adquirido hasta 27 áreas asistenciales --eufemismo para tiendas de campaña para catástrofes-- durante la crisis sanitaria del virus SARS-CoV-2 en Cataluña. El coste ha sido cercano al millón de euros. La idea partió del equipo de Antoni Encinas, gerente del SEM, quien trató de emular la capacidad de respuesta asistencial de la Comunidad de Madrid con el hospital provisional de Ifema. Calculó mal.

 

 

Los hospitales hinchables del vídeo son ejemplos de otros países / CG

"Se dejaron los generadores"

Preguntado por la cuestión, la portavocía de prensa del SEM no ha contestado a las preguntas de este medio. Sí lo ha ha hecho la parte social, que ha confirmado la compra, aunque ha alertado de que esta no aparece aún en el portal de Transparencia de Emergencias de Cataluña [consultar aquí]. Otras fuentes internas de Emergencias han ampliado los datos. "A la gerencia le dio envidia el montaje de Ifema en Madrid y decidió comprar 27 hospitales de campaña de golpe, con capacidad para 200 camas de enfermos. El material llegó, pero no servía, pues nadie pensó en los generadores, la iluminación, la climatización y el mobiliario interno. Estaba incompleto", denuncian.

Imagen del hospital hinchable del SEM en Igualada: Emergencias compró otros 27 iguales que no ha usado / CG

Por ello, las carpas de ayuda contra crisis sanitarias no se pudieron utilizar. "Nadie pensó en que se tenían que instalar en un lugar con acceso a la corriente eléctrica, o que había que comprar iluminación, mobiliario y aire acondicionado por si el rebrote se produce en verano", se han quejado los denunciantes. "Han llegado, están ahí, pero tarde y sin equipos. Alguien de la cúpula del SEM dijo: Hay que tener capacidad asistencial de campaña de 200 camas, pero se dejó el equipamiento auxiliar. Los hospitales no sirven", han agregado. De hecho, los hospitales de campaña no son nada nuevo: Emergencias de Cataluña ya instaló uno en Igualada (Barcelona), uno de los focos de la pandemia, en la fase aguda de la crisis. El problema es que una carpa sola ya creaba problemas. "Se deshinchaba. Había que hincharla por las noches, cuando se marchaban las cámaras. Cada día. Imagínate 27 repartidas por toda Cataluña. Imposible".

Malestar entre el personal

Es por ello que parte de la plantilla del SEM denuncia que el gerente y su equipo han pecado de "improvisación". Alertan de que Antoni Encinas y sus escuderos llevan gastados ya más de dos millones en material contra el coronavirus que apenas se ha usado. ¿No podría utilizarse si hay un rebrote? "Sí, pero es que el pecado es original: no hay control financiero en Emergencias. Desde que Encinas y su gente fulminaron al director económico-financiero Roger Abad en 2019, el cargo continúa vacante. Y, con ello, la fiscalización de las compras y las cuentas es muy pobre", se quejan. Es en este contexto en el que se enmarcaría la compra de los 27 hinchables --que se montan en grupos de 4-- con un coste de un millón de euros para el SEM. Las estructuras no se han utilizado y descansan, por si hubiera rebrote, en un almacén secreto de Rubí (Barcelona).

La pifia de Emergencias es otra de las decisiones polémicas de la empresa pública adscrita al Servicio Catalán de Salud (CatSalut) en el marco de la crisis sanitaria. Hubo otras. La mayor fue el escándalo por el triaje de mayores durante la pandemia, unas instrucciones de descarte de ancianos que emitió el CatSalut para hospitales y para el propio SEM. Lo avanzó este medio. Antes, el ente público sufrió un tapón en su central de recepción de llamadas, que está externalizada a través deFerrovial, y se quedó corta en ambulancias. Tampoco menor fue el hecho de que las contratas del SEM quedaron desprotegidas durante la fase más virulenta, hasta el punto de que Inspección de Trabajo tuvo que interceder. En los últimos compases del Covid-19, la infección que causa el virus, DomusVi, líder en residencias de mayores, culpó a Emergencias de no venir cuando le llamaban. La plantilla, a su vez, alertó de una compra masiva de vehículos que jamás se han utilizado.