La Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCIR) de la Fundación Jiménez Díaz ha atendido, en los dos meses de pandemia que lleva España, trece veces más pacientes que en dos meses habituales. O, lo que es lo mismo, el doble de pacientes que atiende en todo un año normal.
En concreto, si habitualmente atiende al año a una media de 250 pacientes de alta complejidad, en el tiempo que lleva España con el estado de alarma ha llegado a prestar asistencia a más de 550 personas, desempeñando así un papel clave durante la crisis sanitaria.
¿Qué son las UCIR?
Las UCIR están destinadas a monitorizar y prestar asistencia a pacientes que presentan insuficiencia respiratoria aguda y que, pese a no necesitar ingresar en la UCI, sí deben recibir una serie de cuidados específicos. Son enfermos muy graves pero que no necesitan finalmente intubación.
Una de las más importantes en España es, precisamente, la del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en la Comunidad de Madrid, que ahora, con el coronavirus, ha visto incrementada su asistencia a pacientes en un 120%.
Liberan espacio a las UCI
Tal y como explica la doctora Sarah Heili, jefa asociada del Servicio de Neumología y Responsable de la UCIR, esta unidad “actúa en dos frentes casi a la vez y evita el colapso de la UCI”. Por un lado, en la fase conocida como hiperaguda “contiene el número de ingresos en UCI evitando intubaciones”.
En la denominada fase de defervescencia, “evacua de las UCI a los pacientes que necesitan mucho tiempo para ser liberados del respirador y del tubo”. De hecho, tal y como recogía en abril un estudio publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), las UCIR permiten ahorrar hasta 500.000 euros al año por hospital.
Adaptación en tiempo récord
La involucración de la Fundación Jiménez Díaz para paliar los efectos de la Covid-19 en la Comunidad de Madrid ha sido muy notable. Para la doctora Heili, “este hospital lo formamos personas que queremos cuidar de nuestros pacientes, que son el centro absoluto de nuestro trabajo. El centro se transformó en cuestión de días en una estructura capacitada para responder al impacto de esta emergencia".
"Gracias a esta flexibilidad, a la capacidad de transformación y adaptación a los cambios muy rápidos y violentos de los distintos escenarios pudo absorber el impacto sin colapsar”, y añade que “hemos aprendido que pudimos esta vez con este virus, y que lo volveremos a hacer”.