Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) participan en un proyecto internacional para evaluar la eficacia de un brazalete que vibra cuando la persona se lleva las manos a la cara. Una herramienta que puede ser muy útil a la hora de evitar contagios, como el del coronavirus SARS-CoV-2.
El equipo lo lidera el investigador del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la facultad madrileña Javier Virués, en asociación la asociación ABA España y la compañía SlightlyRobot (Seatle, EEUU) --encargada del desarrollo de la pulsera--, colaboran en el proyecto SafeHands.
Vibración de alerta
El brazalete, bautizado como Immotouch, emite una ligera vibración de advertencia ya que aseguran que "no llevarse las manos a la cara es más complicado de lo que parece". Actúa como "una alarma vibro-táctil que monitoriza la conducta de contacto facial y alerta al portador del movimiento que va a llevar a cabo con sus manos", sostienen sus responsables.
El estudio busca reclutar participantes de España, Estados Unidos y Reino Unido que recibirán la pulsera por correo. El ensayo implica que los voluntarios deben prestarse a varias modalidades de uso enviando que implica el envío de los datos diariamente al equipo investigador para su análisis.
Evitar contagios
Virués subraya que el brazalete puede ayudar a eliminar la conducta de llevarse las manos a la cara al presentar “una leve penalización (el estímulo vibro-táctil)”. Espera que la mera presencia de la pulsera ya tenga un efecto disuasorio sobre este gesto, especialmente “una vez la persona se haya expuesto varias veces a la vibración".
El investigador señala que el uso de la pulsera puede “limitarse a contextos de alto riesgo de contagio, como las visitas a supermercados o centros sanitarios". Asimismo advierte de que "la aparente ausencia de dominancia manual de la conducta de contacto facial probablemente requeriría de llevar el brazalete en ambas muñecas".