'Sexting', arma de doble filo durante el confinamiento
Los juegos sexuales a través de internet pueden entrañar riesgos como la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento
7 abril, 2020 00:00“El sexting es un pasatiempo absolutamente comprensible durante el confinamiento. Una parte de las motivaciones humanas --como muestra la pirámide de Maslow-- son físicas y, la sexualidad, es una de ellas”. Así lo explica la psicóloga y psicoterapeuta Mireia Cabero, quien apunta que, para evitar que el envío de mensajes eróticos o pornográficos se convierta en un arma de doble filo, se debe tener en cuenta “el propósito final” de los mismos.
Es decir, “si se trata, por ejemplo, de seducir a la pareja durante la separación física por la cuarentena, o compartir un rato en un entorno erótico, es un propósito absolutamente positivo y constructivo”, señala Cabero. “¿Cuándo llegan los riesgos? Cuando el consumo de estas imágenes o vídeos tiene como único sentido satisfacer el deseo ajeno o no se preserva la intimidad de una tercera persona”, señala en referencia al envío de este tipo de contenido sin autorización, que constituye un delito.
Difusión de contenido sexual
Pero, en alguna ocasiones, la difusión de imágenes de contenido sexual sin consentimiento ha acabado de forma dramática. En mayo de 2019, una trabajadora de Iveco se quitó la vida después de que su expareja reenviase un vídeo de contenido sexual al resto de compañeros de la empresa.
“Si yo envío a mis contactos, o a la persona con la que quiero tener un juego sexual online, imágenes que ya están colgadas en la red --vídeos de actores porno, por ejemplo-- es una acción que no tiene consecuencias negativas sobre nadie. El problema es cuando no se preserva la intimidad ajena”, detalla la psicóloga.
Agresión psicológica
“El riesgo reside en que alguien puede utilizar esas imágenes para compartirlas sin consentimiento o para poder chantajear: ‘Si no me envías un vídeo ahora, publico la foto’. Una conducta que siempre puede ir aumentando hasta hacer que la víctima se sienta totalmente indefensa”, cuenta Pilar Polo, especialista de la Fundación Vicki Bernadet.
Sobre los riesgos que sufren los más jóvenes, Cabero planea tener presente el propósito. “Que se planteen qué finalidad tienen con el sexting y hacerlo con respeto a la dignidad de las personas y con responsabilidad en sus actos”, señala. Y es que, como recuerda Polo, “todos los abusos que se cometen a través de redes sociales tienen un problema añadido, y es que no se acaban. La sensación de poder retomar el poder de tu vida siempre está pendiente de que alguien vuelva a utilizar esa imagen otra vez”, lamenta.
Confinamiento y placer
Cabero apela a la responsabilidad social y llama a evitar acciones cuyo coste repercute en terceros. “Se trata de invitar a reflexionar sobre lo que hacemos, y valorar de qué otra forma puedes salir beneficiado con este juego erótico sin que haya ninguna afectación”, señala, “porque, si no existe agresión a terceros, es un consumo vinculado con la humanidad”.
Esta psicóloga explica que el confinamiento “ha recortado muchos placeres”. No todos ligados al sexo, sino actos tan simples como “dar un paseo, tomar un café o trabajar en compañía. Las personas seguimos siendo muy hedonistas, y nos mantenemos en la búsqueda del placer constante, también encerrados en nuestras casas. Y la sexualidad es un espacio de placer, la cuestión es hacer un uso de esas herramientas tomando decisiones conscientes”, concluye.