Los independentistas prometieron batalla para irrumpir y controlar los colegios profesionales tal y como han hecho con la Cámara de Comercio de Barcelona (CCB). Han cumplido. El primer ejemplo lo han dado en el Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona (COIB, por sus siglas en catalán). El secesionismo se ha valido de un pucherazo para colocar en la presidencia a una candidata, Paola Galbany, vinculada a la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Galbany perdió las elecciones frente a una lista que abogaba por un colegio inclusivo, pero a su equipo le ha dado igual. Se ha proclamado presidenta con una maniobra prohibida por estatutos.
El COIB celebró sus elecciones el pasado fin de semana. En las mismas concurrían tres listas: la de la actual decana, la nacionalista Núria Cuxart, llamada El Coib ets tu; la de Galbany, una plataforma entrista de la ANC, con el epígrafe Infermeres 2020 y Som Garantia COIB, una propuesta renovadora encabezada por Marga Esteve, directora de Enfermería del Hospital de Sant Pau. Esta última plataforma dio la campanada y se alzó con la victoria con 1.154 votos frente a los 1.144 apoyos de Galbany y los 647 de Cuxart.
'Pucherazo' prohibido por estatutos
El secesionismo no ha tolerado ser desplazado por los votos de la profesión enfermera. Infermeres 2020, la lista de la ANC, impugnó por resultados. Alegó el equipo de Galbany, a la sazón decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Vic, que había que contabilizar unos 140 votos por correo exprés que la mesa electoral había excluido. Las papeletas no fueron recontadas porque uno, los estatutos fijan que el voto por correo debe ser certificado y no exprés, esto es, deben canalizarse vía Correos para mantener la custodia de voto y contribuir a que las elecciones sean limpias.
En segundo lugar, los 140 votos de la discordia no se incluyeron en el recuento porque había serias dudas sobre su validez, entiende este medio. Los sufragios permanecieron guardados en una habitación del Colegio sin custodia. Algunos de ellos estaban cerrados con cinta adhesiva. Nadie puede garantizar al 100% su validez. En un giro de los acontecimientos, la mesa decidió contarlos e incorporarlos al resultado. Con los nuevos sufragios, la candidatura de Galbany y la ANC han ganado las elecciones por 37 votos de diferencia. El COIB proclamó el viernes al ganadoral ganador y a Galbany, nueva presidenta.
Marga Esteve: "Queremos un colegio neutral e inclusivo"
En conversación con este medio, Marga Esteve, la justa ganadora de las elecciones antes de la añagaza de los votos exprés, se mostró ayer muy cauta, aunque firme. Recordó que "los estatutos establecen de forma muy clara" qué votos pueden contabilizarse y qué sobres deben quedar fuera. "Causa sorpresa a mi equipo el hecho de que la mesa aceptara, contra todo pronóstico, el recurso de Infermeres 2020", lamentó. Sin querer entrar en cuitas políticas, Esteve se limitó a recordar que su lista abogaba por un Colegio "para todas las enfermeras", una institución "neutral e inclusiva" que su equipo "renovara con una apuesta por el cambio". Su proyecto, cree, está vivo, por lo que recurrirá, hasta los tribunales si procede.
Las mesuradas palabras de Esteve aportan serenidad a un proceso que es, a todas luces, un escándalo en la sanidad catalana. La cuestión mollar es que el independentismo ha sido derrotado por primera vez desde hace muchos años en unas elecciones limpias a un colegio profesional. La lista de la ANC, una de las dos que se desgajó de la junta saliente, ha perpetrado una suerte de golpe de estado para que la institución quede al servicio del procés. ¿Es ello una exageración? Los precedentes abonan esta tesis. La cúpula saliente de Cuxart avaló el referéndum ilegal de secesión del 1 de octubre de 2017 en Cataluña [ver comunicado aquí]. Cargo varias veces contra la aplicación del artículo 155 en Cataluña y, no contenta con ello, la propia Cuxart acudió a Bélgica en 2018 a visitar al exconsejero catalán de Salud fugado de la justicia, Toni Comín. Lució un lazo amarillo en la solapa, confirmando su apuesta por la politización del colegio que representa a 45.000 profesionales en toda la autonomía.