La Isla de Buda, en peligro por el cambio climático
El azote del temporal 'Gloria' en el Delta del Ebro causa importantes destrozos en el espacio natural
29 enero, 2020 00:00“El cambio climático ha declarado la guerra al Delta del Ebro”. Son palabras de Guillermo Bores, copropietario de la Isla de Buda, espacio natural del que la Generalitat ostenta el otro 50%. Una zona en la que el paso del temporal ha causado importantes destrozos. Una tormenta “devastadora”, con precipitaciones de 200 litros por metro cuadrado que han anegado gran parte de este territorio.
Bores, que lleva años alertando de los efectos de las crecidas del mar en la zona, no se ha sorprendido de los daños que el mal tiempo causó en el delta la pasada semana, cuando cerca de 3.000 hectáreas quedaron sepultadas bajo las aguas mientras que la línea de la costa llegó a retroceder entre 2 y 3 kilómetros. “La subida del nivel del mar a causa del cambio climático y el hundimiento del terreno ya lo pronosticaban”, subraya.
“Consecuencias devastadoras”
Con el paso de Gloria, la Isla de Buda quedó sepultada bajo el mar. El peligro de este hundimiento es la pérdida del valor ecológico de la zona, ya que la sal puede destruir la vegetación. Una situación que el alcalde de Sant Jaume d’Enveja Joan Castor, tildó de “situación de emergencia sin precedentes”.
Carreteras desbordadas, la balsa de la Arena sin playa y arrozales invadidos por agua salada. “Si no somos capaces de evitar que este desastre se vuelva a producir, el delta sufrirá unas consecuencias devastadoras”, advierte el dueño de la Isla de Buda.
Cambio climático
El temporal no ha sido un hecho puntual, es solo un signo más de la emergencia climática en la que estamos inmersos. “No es la falta de sedimentos la que hace que el mar entre y el delta sufra una regresión, el problema es el cambio climático, un enemigo mucho más duro, por eso hay que cambiar de munición”, apunta Bores.
Y es que para este integrante de la Comunidad General de Regantes de la Derecha del Ebro (CGRDE) la Isla de Buda es el mejor ejemplo de todos los problemas que se le avecinan al delta; desde la la regresión de la costa; la intrusión marina en las lagunas con la pérdida de biodiversidad; a la salinización de los acuíferos; pasando por la disminución de la producción agrícola.
Escolleras
Por ello reclama actuaciones duras. “Ya no sirve hacer bajar sedimentos por el río, recrear dunas o la línea de costa. Necesitamos escolleras de piedras, poner límites físicos al mar, para disminuir su fuerza, si no, las inundaciones seguirán”, pronostica.
Medidas contra las que se posicionan asociaciones ecologistas por considerarlas invasivas, pero Bores advierte: “Los que ven un impacto ambiental negativo en la construcción de estas estructuras deberían pensar en la consecuencia de no actuar, la pérdida del humedal más importante de Cataluña”, señala.
Medidas de la administración
Desde el Departamento de Territorio y Sostenibilidad explican, a instancias de este medio, que para evitar la regresión del delta se han dragado canales interiores para mejorar la circulación del agua, y se ha segado vegetación para la recuperación de las lagunas interiores de la Isla de Buda. "También se ha modernizado la infraestructura de regadío, y se ha reforzado el borde del río", detallan.