Enfermos de cáncer piden instalar y empezar a utilizar los equipos "con la máxima celeridad" los equipos para detección y tratamiento de radioterapia donados por la Fundación Amancio Ortega. Las asociaciones de pacientes avalan la aportación de la asociación filantrópica del fundador de Grupo Inditex tras informar este medio de el despliegue de las máquinas se ha atascado en algunos hospitales.
Así lo ha verbalizado, por ejemplo, el doctor Ramon María Miralles, presidente de la Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer (Fecec). En conversación con este medio, el facultativo lo ha resumido en una frase: "La instalación de esta tecnología, cuanto antes mejor". Recuerda Miralles que los equipos donados por la Fundación del empresario del textil "pueden acelerar el diagnóstico y mejorar las perspectivas de sanación de los pacientes", por lo que es responsabilidad de la administración aceptar un dinero "que siempre es bienvenido, pues de otro modo el presupuesto público no podría llegar a cubrirlo".
"Es un proceso complejo"
Desde esta base, el representante de la Fecec ha admitido que, de los dos tipos de equipos que costeará el millonario gallego, los aceleradores lineales son los que más tardan en desplegarse. "Es cierto que pueden haber demoras porque los búnqueres en los que operan estos dispositivos tienen que estar muy bien aislados y, además, hay un proceso de certificación por parte del Centro de Seguridad Nuclear (CSN). No obstante, Miralles aboga por "hacer autocrítica permanente" sobre la tecnología que utiliza el sistema público de salud. "Es evidente que debe ser el mejor, aunque no siempre el presupuesto dé para ello. La parte positiva es que hemos desarrollado una cobertura universal. Ello, no obstante, plantea retos como las listas de espera", ha recordado. Es aquí donde tecnología como la donada por la entidad fundada por Amancio Ortega puede ayudar a renovar equipos o a agregar nuevas máquinas y, así, aumentar el número de tratamientos. "Pero debe hacerse con transparencia", aboga el activista.
Esta tesis del rigor la defiende también Begoña Barragán. "En un mundo ideal, la sanidad pública podría renovar y rotar los equipos que nos tratan a los enfermos de cáncer. Ello, lamentablemente, no es así por cuestiones presupuestarias. Se trata de máquinas cada vez más caras que topan con presupuesto público limitado", ha razonado la presidenta del Grupo Español de Pacientes contra el Cáncer (Gepac). "En países como Estados Unidos o Reino Unido este tipo de donaciones son habituales. En España, siempre que alguien dona algo se le critica porque se presuponen motivos oscuros. Si lo hace amparado por la ley y cumpliendo con sus obligaciones fiscales, no hay motivo alguno para la duda", ha argumentado Barragán. "Los pacientes siempre queremos tratamientos rápidos y mejores. Dicho lo cual, equipos como los donados por esta Fundación pueden ayudar, siempre que se haga de forma transparente, con rigor y seriedad".
Instalación atascada
Las opiniones de los dos activistas contra el cáncer han llegado tras revelar este medio que los 47 millones de euros donados por la Fundación Amancio Ortega para aparataje de detección y tratamiento del cáncer no se han consumido en Cataluña tres años después de anunciarse el convenio entre la entidad solidaria y la Generalitat de Cataluña. Ejemplos de ello son los tres centros del Institut Català d'Oncologia (ICO) en L'Hospitalet de Llobregat y Badalona (Barcelona) y Girona. En estas instalaciones, solo uno de los seis aceleradores lineales que costea la entidad filantrópica se han puesto en marcha. El resto dependen de obras en los hospitales o trámites burocráticos. Ello ha provocado que hospitales como el Josep Trueta de esta última capital de provincia o el Verge de la Cinta de Tortosa (Tarragona) aún no cuenten con equipos nuevos contra el cáncer. En esta última ciudad sanitaria no se ha construido ni el búnquer que albergará el aparato de radioterapia que paga el fundador de Inditex.
Por contra, hospitales públicos como Vall d'Hebron y Hospital de Sant Pau i la Santa Creu (Barcelona) o el Arnau de Vilanova (Lleida) sí han instalado las modernas máquinas de radioterapia. Este hecho provoca que los médicos acusen al Gobierno catalán de "priorizar hospitales" en el despliegue de la tecnología. Cualquiera que fuere su opinión, lo cierto es que los 47 millones prometidos por Amancio Ortega han permitido al sistema público catalán comprar mamógrafos de última generación. Es en el campo de los aceleradores lineales donde el Ejecutivo autonómico ha topado con problemas.