Barcelona vuelve a la calma pese a la protesta de los CDR
La concentración de casi 3.000 personas para lanzar globos con pintura a los furgones de Mossos d'Esquadra se disuelve sin registrar mayores altercados
22 octubre, 2019 00:00Ni barricadas ni incendios en el centro de la ciudad. Barcelona vuelve a la calma durante el octavo día de las protestas tras la condena del Tribunal Supremo contra los líderes del procés. A pesar de que los autodenominados comités de defensa de la república (CDR) habían convocado una concentración ante la Consejería de Interior, en la calle Diputació de Barcelona, durante la que algunos manifestantes lanzaron pintura contra furgones de los Mossos d'Esquadra; las cerca de 2.700 personas allí congregadas --según la Guardia Urbana-- abandonaron el lugar pasadas las nueve de la noche, sin que se registraran mayores incidentes.
Los simpatizantes independentistas llegaron a la sede de la consejería de Miquel Buch minutos antes de las siete de la tarde, para pedir su dimisión por las cargas contra manifestantes la pasada semana. Entre los asistentes, personas de todas las edades, aunque mayoría de jóvenes y jubilados. Joana forma parte de este último grupo. A pesar de su edad, decidió plantar una silla ante las vallas que separaban el edificio de los manifestantes, para unirse a la protesta. El motivo, la sentencia del Supremo. "No es lógico que hayan metido a medio Govern en la cárcel", lamenta.
Conversaciones entre concentrados
La mujer critica con dureza el discurso de Felipe VI el 3-O, dos días después del referéndum, y pide una solución para Cataluña. Pero no todos los allí presentes comparten su argumentario. A escasos metros de Joana, varios estudiantes hablan de su éxito en Tinder --aplicación de citas--, y beben cerveza. Tres señoras de mediana edad se apoyan sobre la valla que protege el edificio y comentan entre risas los colores que aprecian en la furgoneta. "Qué bien le queda el rojo", "falta más pintura en la parte de atrás", o "ya podrían ser todas así", comentan y ríen.
El transcurso de una protesta que dista mucho de las que durante la semana pasada se produjeron en el centro de la capital catalana, donde jóvenes montaron barricadas a las que prendieron fuego, y lanzaron botellazos y adoquines contra los policías. Solo huían cuando los agentes rociaban gas pimienta para dispersarlos, y volvían a la carga. En cambio, este lunes, el ambiente discurrió entre juegos con globos entre los concentrados en Diputació, 355. Aún así, hay quien justifica la violencia tanto entre los jóvenes, como entre los adultos, que secundaron la convocatoria de los CDR. "Es normal, la gente se cansa", argumentaba un manifestante independentista. Joana lo secunda: "No podemos más".
"Vergüenza me daría ser policía"
Un ambiente festivo, hasta que unos cuantos efectuaron el lanzamiento de pintura contra los vehículos de Mossos. Los globos impactaron contra una sola furgoneta de la Brimo, en cuyo interior se encontraban los agentes, ya que el perímetro de seguridad impidió que se aproximasen al edificio, que también alberga el Centro de Coordinación Policial (Cecor). Entre las consignas, "Buch dimisión", "fuera las fuerzas de ocupación", "no os merecéis la senyera que lleváis", y "vergüenza me daría ser policía".
Una minoría también lanzó huevos contra el vehículo y alguna lata de cerveza vacía, aunque erraron el tiro. Eso no impidió que muchos otros organizasen una sentada y, y tras entonar Els Segadors, pidiesen la libertad de los políticos presos; la de los detenidos durante los altercados en Cataluña como protesta a la sentencia del 1-O, y eso sí, cargaron de nuevo contra "la prensa española", a la que tildan de "manipuladora" en cada conexión en directo de los reporteros.
Sentada en Diagonal
Decenas de ellos se desplazaron luego a pie hasta el cruce entre la avenida Diagonal y paseo de Gràcia, donde hicieron una sentada, tras recorrer Roger de Llúria, València, Bruc y Provença, en los aledaños de la Delegación del Gobierno, blindada por cordones policiales. Así pusieron fin los manifestantes independentistas al octavo día de protestas tras la condena a los líderes del procés. Unas protestas que, por primera vez desde la publicación de la sentencia, se saldan sin ningún herido.