La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha apoyado este viernes el movimiento flygskam, que apuesta por la reducción del uso del avión por su impacto en el cambio climático. Durante la cumbre de ciudades por el clima C40, que se celebra en Copenhague, la regidora ha apostado por sustituir los vuelos en favor del tren cuando se trate de trayectos cortos.
“Tenemos grandes aeropuertos en las ciudades y que son controlados por los Estados, no se puede hablar de seguir creciendo, hay que limitar los vuelos porque son causantes de parte de las emisiones más dañinas", ha sostenido Colau durante su intervención, en la que ha remarcado que “no hay que dejar de volar pero sí racionalizar” el servicio.
Puente aéreo Barcelona-Madrid
Las palabras de la alcaldesa abarcan rutas como la del puente aéreo entre Barcelona y Madrid, que se puede realizar mediante AVE, un modelo más eficiente respecto al número de emisiones contaminantes. De hecho, las palabras de Colau se producen en pleno debate sobre si es necesaria o no la ampliación del aeropueto de El Prat, cuyos vecinos se opusieron el pasado septiembre.
Con su discurso, Colau manifiesta su apoyo al movimiento flygskam -- ‘la vergüenza de volar’-- nacido en Suecia e impulsado por la activista por el clima Greta Thunberg. A pesar de que en el país escandinavo el tráfico aéreo se ha reducido el 8% en favor del tren, en el resto de Europa ha colisionado con el fenómeno de las aerolíneas low cost, más competitivas en precio que el transporte por tierra.
Eliminación del diésel y plástico
Otro de los puntos del discurso de la alcaldesa de Barcelona han sido la eliminación del plásticos de un solo uso, que provoca el “envenenamiento del mar” o cambios que superen un modelo que “no es sostenible” en la industria agroalimentaria. Colau también ha hecho hincapié en poner fin al diésel, para lo que ha instado a los Estados a poner “fecha clara y rápida”. En este aspecto, a partir de enero 2020, la ciudad restringirá el acceso a los vehículos que carezcan de etiqueta ambiental por parte de la DGT.
En la cumbre de Copenhague, que alberga a los alcaldes de 94 ciudades del mundo que congregan a más de 700 millones de habitantes, se ha reconocido que respirar aire puro es un “derecho humano” y se han comprometido en impulsar el papel de las urbes a la hora de desarrollar cambios en el consumo de alimentos y la producción industrial.