La autodenominada gent de pau tiene en sus manos las riendas institucionales de Cataluña. La Generalitat es la finca de Lluís Llach and friends y el Parlament, la herriko taberna de la CUP. Ahora más que nunca manda Waterloo. El deterioro es colosal, mayúsculo, absoluto. El presidente Torra ni siquiera se toma la molestia de desmentir sus supuestos tratos con los detenidos por terrorismo. Pretender que el independentismo entre en razones es uno de esos propósitos condenados a la melancolía. Hasta el tibio Pere Aragonès, uno de los pocos que no aplaudió en el Parlament, dice que la única violencia que ha habido en Cataluña es la de la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1-O de 2017. Siguen en el bucle.
En El Independiente describe el mapa Iva Anguera de Sojo: "A las puertas del segundo aniversario del 1-O, la fractura y el desconcierto entre los dos grandes partidos y las entidades independentistas ha dejado las riendas de la movilización y la temida «respuesta a la sentencia» en manos de la CUP y los CDR. Así lo muestran, al menos, la bronca y las conclusiones con la que esta semana ha concluido el Debate de Política General en el Parlament".
El ingreso en prisión de los siete del ERT (Equipo de Respuesta Táctica), subgrupo de los Comités de Defensa de la República, ha desquiciado al independentismo. En El Mundo retratan a los miembros de la célula. Es un reportaje de Leyre Iglesias: "Este lunes, cuando fue arrestado, Jordi gritó «Visca Catalunya lliure!». Tenía quemaduras recientes en las manos. Hoy es uno de los dos integrantes del grupo que ha decidido desmarcarse de la estrategia de los abogados secesionistas, solicitar un letrado de oficio y testificar tanto ante la Guardia Civil como ante el juez. Como sus seis compañeros, ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos con fines terroristas y conspiración para la comisión de estragos, en la que hasta el momento es la operación más grave contra el secesionismo violento en Cataluña. La Operación Judas".
Sigue el texto: "«Jordi era el más radical del grupo», explica una fuente del operativo de la Guardia Civil, que ha seguido a los siete detenidos y escuchado sus conversaciones desde hace meses. (...) De la seguridad se encargaba el arrestado que con más claridad defendía la violencia por escrito y en público: un conductor de ambulancias (y militante ferviente del colectivo Sanitaris per la Repùblica) llamado Ferran Jolis Guardiola, que fue arrestado en Santa Perpètua de Mogoda. Al igual que Jordi, Ferran, de 38 años, se ha apartado de la estrategia de defensa del grupo Alerta Solidària (vinculado a las juventudes radicales de Arran) y ha optado por colaborar con la Guardia Civil y con el juez".
La pieza acaba con esta explicación: "¿Y por qué Operación Judas? Fuentes de la investigación apuntan a que una de las personas del entorno del ERT cambió de bando... «Tenían las recetas y los ingredientes. Todo preparado para hacer boom cuando quisieran», afirman. Pero alguien los traicionó".
En el ABC reparan en la estructura de apoyo de los detenidos, incluidos unos abogados un tanto bisoños que por la mañana dicen que a sus patrocinados no se les ha aplicado la ley antiterrorista y por la tarde se quejan de que sí se les ha aplicado la mentada ley. Es un apunte de Miquel Vera: "La «vasquitis», como a menudo se ha calificado, que ha desarrollado el catalanismo radical ha derivado en la mimetización de la estructura orgánica del entorno abertzale, pero también sus referentes estéticos y «liturgias». (...) La fascinación por el referente vasco tiene especial penetración en el entorno de Arran y el SEPC, que controlan los movimientos estudiantiles de izquierda en toda la comunidad. También forman parte de este ecosistema entidades más radicales como La Forja, agrupación de asambleas revolucionarias juveniles refundada recientemente y que en su Petit llibre roig del jovent independentista no reniega la lucha armada. Según ha podido constatar ABC, este manual asegura que organizaciones terroristas como la desaparecida Terra Lliure desaparecieron porque el islamismo armado dificultó «la acción pedagógica que ejerce toda acción armada situada en su contexto»".
Más "vasquitis". En La Razón, el portavoz de justicia de Ciudadanos, Edmundo Bal (el abogado del Estado al que apartaron de la causa por el 1-O) es entrevistado por Ricardo Coarasa. Ahí van un par de preguntas con sus correspondientes respuestas:
–"¿Forman parte los CDR de una estrategia violenta del independentismo?
–En la hoja de ruta implícitamente se hablaba de esto, no tan claro como ha pasado, evidentemente, pero en las distintas etapas hacia la independencia se cuenta con el activismo social liderado por ANC y Òmnium. Pero luego pasan más cosas y después del referéndum ya se empiezan a cortar carreteras. Y desde el poder público les parece bien. Se genera ya una huelga general y se ve que el poder público cuenta con esta fuerza de los Comités de Defensa de la República cuando el propio Torra les dice que aprieten al Estado español. O sea, al Gobierno de la Generalitat los CDR le parecen bien, hasta el punto de que Torra dice que sus familiares forman parte de ellos. Es evidente que cuentan con ellos, que en definitiva forman parte del movimiento.
–¿Qué le parece la respuesta del Parlament?
–Lo primero, produce indignación. Que los políticos pidan su libertad, en contra del criterio judicial, es una intromisión intolerable en la independencia del poder judicial, porque además se hace con amenazas y acompañado de una petición de que se expulse a la Guardia Civil. Y sin dejar hablar a la oposición y expulsando al grupo parlamentario de Ciudadanos. La verdad es que me asustó. Hacía muchos años que no escuchábamos desde el poder político que se aplaudiera el terrorismo. Nunca escuché esto en el País Vasco, salvo en ayuntamientos gobernados por Batasuna que disculpaban y aplaudían los atentados".
Giro copernicano en La Vanguardia, que comenzó la semana hablando de artefactos incendiarios por no decir explosivos y de detenciones que colmaban el vaso y la acaba con una entrevista a Pablo Casado y el ruego de que el Tribunal Supremo condene por sedición y no por rebelión. El cambio de registro se nota además en que la portada va de Trump y Pilar Rahola escribe de los correbous.
De la entrevista a Casado se ocupan Carmen del Riego y Enric Juliana, que convierten al líder popular en un conservador contrario al 155 y practicante del catalán en la intimidad:
–"Ya no pide el 155 en Cataluña.
–Hay una sentencia del Tribunal Constitucional sobre el 155 que dice que su aplicación tiene que tener un plazo. Hay dos vías. La aplicación de la legislación básica: la Ley de acción Exterior, la ley de sostenibilidad para que la Generalitat no malverse fondos hacia la independencia; la Alta Inspección frente el adoctrinamiento educativo; y para evitar que los Mossos reciban algunas órdenes, hay una ley de Seguridad Nacional. Y luego está el artículo 155, que no hay que sacralizar ni que demonizar. Dependiendo de cómo evolucione la situación, el Gobierno deberá decidir si activa el 155 o no. En ese momento, el Gobierno de Sánchez tendrá nuestro apoyo.
–Hay nuevos grupos de opinión en Cataluña que buscan salidas a la situación desde el catalanismo. ¿Estaría usted dispuesto a entrar en contacto con esos grupos?
–Siempre he escuchado a los catalanes que han querido que les escuchara y he analizado los temas sobre los que se debería hablar para potenciar una Cataluña abierta: la financiación autonómica, que para Cataluña reconozco que es mala; las infraestructuras, no tan malas; el Corredor Mediterráneo, imprescindible para Cataluña, para España y para Europa; y la cuestión cultural y lingüística, con esa sensación que hay en Cataluña de que no defendemos el catalán, que renegamos de él. Esa percepción es injusta. Ojalá yo hablara catalán, y mis hijos, lo hablarán. El catalán es una riqueza para los españoles. Lo que no quiero es que el catalán sirva para dividir".
Otras noticias y más malas noticias. Economía. "El 20% de la clase media sufre para llegar a fin de mes" titula El País en portada. Escribe Dani Cordero: "Un reciente estudio de CaixaBank Research revela que el 20,3% de los integrantes de la clase media española confiesa que pasan dificultades a fin de mes. Y un tercio (el 28,6%) admite que carece de fondos para encarar un gasto imprevisto. Según el baremo de la OCDE, se incluye en la categoría de clase media española a todo aquel que tenga un salario anual de entre 13.573 y 36.195 euros. Este colectivo constituye actualmente el 59,3% de la población, 3,8 puntos menos que hace 30 años. Para el economista Josep Mestres el principal problema al que se enfrenta esta menguante clase media española es, entre otras cosas, el encarecimiento progresivo de la vivienda, que se lleva ahora el 32,2% de todos sus ingresos, 8,4 puntos más que dos décadas atrás".
29 de septiembre, santoral: Gabriel, Miguel y Rafael arcángeles.