La Barcelona olvidada, desgarrada por la inseguridad. Vecinos contrarios a Ada Colau, alcaldesa de la ciudad, residentes favorables a la primera edil y hasta la extrema derecha han aparecido y tratado de ganar la mano en las manifestaciones por un barrio digno y contra la crisis de seguridad que sufre el barrio de Besòs-Maresme.
Uno de los activistas con más pedigrí de la zona, Francisco Abad, presidente de la asociación de vecinos (AAVV) Besòs, aporta su punto de vista. "El barrio se ha dividido en dos grupos. Unos cuantos están optando por salir a la calle con cacerolas desde el 17 de agosto. Otros creemos que hay que seguir la senda del trabajo de Tsunami Veïnal [agrupación paraguas de 30 entidades], que ya se ha reunido con el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, y que estaba consiguiendo cosas", narra. "Se manifiestan con reivindicaciones que llevamos tiempo defendiendo, pero se han saltado el calendario pactado con el resto de barrios", ha agregado Abad.
"Hay intencionalidad política: desgastar al PSC"
El veterano activista asegura que las protestas tienen "una clara intencionalidad". ¿Cuál, según su punto de vista? "Erosionar al PSC. Los socialistas han cogido el distrito de la mano del edil David Escudé tras vencer en el barrio y desalojar a Barcelona en Comú (BComú) --el partido de Colau--, que perdió la zona en las municipales de junio", avisa. ¿Qué vínculo ve Abad entre BComú y las movilizaciones? "Uno muy claro. Entre los organizadores hay de todo, pero unos cuantos de Podemos y los comunes. Están desgastando al PSC, que les robó el barrio. Salir a la calle no le va mal a Colau, siempre que sea un distrito que no es de los suyos, claro", ha insistido. Otra prueba fehaciente del presunto intento de control de las protestas por parte de los comunes es la reciente presencia de Salvalona en las marchas. "Esta plataforma es cercana a BComú. Su fundador, el taxista [por Alberto Tito Álvarez] lo es", ha apostillado.
Una visión muy distinta tiene Iván. Este vecino, que coorganiza y participa en las protestas que arrancaron el 17 de agosto, indica que "todo el mundo es bienvenido" en el estallido vecinal contra la inseguridad. Recalca el residente que las movilizaciones "son apolíticas y totalmente independientes de todos los partidos". Según él, es preciso que la AAVV y el resto de grupos vecinales consolidados hagan autocrítica. "¿Qué han conseguido a lo largo de todos estos años? Porque nosotros en varias semanas ya hemos logrado mucho", ha argumentado. Muestra también músculo Iván sobre la capacidad de movilización del Besòs contra el crimen. "Somos un grupo de Facebook con 1.800 miembros, mientras que la AAVV son 60. Para un barrio al que le cuesta moverse es muchísimo", ha remachado.
Los 'ultras' asoman la cabeza
En un barrio que vota mayoriariamente a la izquierda, con un 68,4% entre PSC, BComú y ERC en 2019 [ver aquí] y un 60,7% en 2015 [ver aquí], el último actor en llegar y tratar de pescar en el descontento por el olvido de Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Cataluña son los ultras. Un grupo de ciudadanos ha convocado una manifestación el domingo, 22 de septiembre, con el epígrafe Protesta ciudadana contra la criminalidad y delincuencia en Barcelona y Cataluña. La marcha partirá a las 11.00 horas de la mañana desde plaza Urquinarona y quiere llegar a la plaza de Sant Jaume, donde la fiesta grande de Barcelona estará ya en marcha. En realidad, detrás de esta marcha se esconde el Frente Nacional Identitario (FNI) y el partido Recuperemos. La protesta no guarda relación con las tres marchas que pergeñan los movimientos vecinales y que promueven el Tsunami Veïnal --ya tiene fecha--, Salvalona y los propios vecinos del Besòs.
Cualquiera la división y los actores políticos, el estallido de los vecinos en el Besòs --que el sábado tuvo una réplica en La Verneda, barrio vecino que permanece vigilante contra las okupaciones incívicas de bajos comerciales-- se ha mantenido apartidista hasta ahora. Los organizadores congregaron más gente que nunca el sábado. Y preparan nuevas acciones. "Haremos manifestaciones y lo que haga falta hasta que nos escuchen", concluye Iván.