Los ocho errores más comunes y que se deben evitar para curar a alguien
El alcohol sobre las heridas es una mala opción, así como poner pasta de dientes sobre una quemadura o barro para aliviar una picadura de abeja
15 agosto, 2019 14:29Los remedios caseros son el recurso habitual para curar pequeños cortes o quemaduras menores, incidentes habituales que con las vacaciones suelen ser más habituales. Los médicos advierten de que hay ocho mitos que se comparten entre generaciones que sería mejor cambiar si se quiere dar una atención correcta a familiares o amigos.
- El alcohol es el mejor desinfectante. Falso. Cuando una herida pica tras el contacto con el alcohol es porque la piel del borde se está quemando. El mejor desinfectante que se conoce es la cristalmina, un antiséptico de uso cutáneo que está indicado para heridas y quemaduras leves. Desinfecta sin agravar más el daño.
- Palmadas en la espalda ante un atragantamiento. Mejor nos olvidamos de ellas, ya que lo único que se consigue en la mayoría de los casos es trasladar el cuerpo extraño a una vía aérea. Es preferible esperar un poco a que la persona tosa, ya que en la inmensa mayoría de los casos es un acto reflejo que consigue superar la situación. Si el riesgo es importante se debe realizar la maniobra Heimlich. Cruz Roja ofrece de forma habitual formación sobre cómo aplicarla de forma correcta.
- Pasta de dientes sobre las quemaduras leves. Mala idea. Igual que aplicar hielo, miel o cualquier otro alimento que se tenga a mano. Las quemaduras se deben atender y la mejor forma es sumergir la zona afectada en agua fría durante 15 o 20 minutos. Ayuda a desinflamar, alivia el dolor y expulsa el calor residual. Las ampollas que puedan aparecer después nunca se deben reventar y es necesario que se protejan con gasas húmedas y un vendaje que no sea compresivo. Si la quemadura es leve y no está en ninguna zona sensible, se puede tratar en casa con una pomada. Apunte, es preferible las que no tienen cortisona.
- Ponerse debajo del aire acondicionado es fatal ante un golpe de calor, ya que puede generar un choque térmico. Ingerir bebidas azucaradas o recomendar una ducha fría tampoco es buena idea. Lo mejor es que el cuerpo se atempere bajo la sombra y con compresas frías de agua bajo las axilas, en la frente, en la nuca y en las ingles. Para beber, agua o una bebida isotónica a pequeños sorbos (agua con sal, bicarbonato y limón sirve). Y medir la fiebre si aparece es básico. Por debajo de los 39 grados no se debe sufrir, por encima de esta temperatura es preferible recurrir a un médico.
- Barro en una picadura, también un mal hábito. La zona se debe limpiar primero con agua y jabón y aplicar frío con un apósito o paño que no debería entrar en contacto directo con la piel. Será entonces cuando se pueda tratar la picadura con algún producto indicado para ello, no antes. Si no, lo más probable es que el escozor persista.
- Con las hemorragias nasales se debe mirar hacia adelante. Nada de echar la cabeza hacia atrás, un gesto con el que se corre el riesgo de inhalar sangre y obstruir las vías respiratorias. Lo mejor ante esta situación es tener paciencia, ya que la sangre se coagulará en como mucho 10 minutos. Pueden ser eternos, pero la única cura válida es comprimir la nariz y taponar el orificio con una gasita y un poco de agua oxigenada. De nuevo, nada de alcohol.
- Los cortes de digestión son fantasía, aunque producen molestias. En verdad, lo que ocurre es que ante un cambio brusco de temperatura la sangre se mueve hacia el interior de la del organismo para mantenerlo caliente. Y cuando esto sucede deriva en mareos o vómitos al disminuir el flujo que llega al cerebro. En los casos más extremos el corazón se para, aunque son muy infrecuentes. Los mejor, aunque fastidie, es esperar dos horas antes de entrar en el agua, meterse poco a poco y evitar comidas copiosas.
- Las intoxicaciones alimentarias son graves. Recurrir a un medicamento para cortar la diarrea o el vómito es una mala idea, a menos que lo indique un profesional de la salud tras examinar el caso en particular. Lo ideal es dejar que el cuerpo expulse el alimento en mal estado e hidratarse con bebidas isotónicas. Si persiste, se debe buscar atención médica.