Tapones de corcho para salir a flote en Barcelona
Una iniciativa para ayudar a colectivos desfavorecidos a tener una vida digna y al mismo tiempo reducir el impacto medioambiental
23 abril, 2019 00:00Imagínense la escena: una cena con amigos acaba con varios corchos sobre la mesa. Podría ser el final de una velada más, pero Luis Morón se fija en los tapones, y piensa que pueden servir para algo. Es así como surge Aflote, una iniciativa para ayudar a colectivos desfavorecidos a encontrar una salida con un puesto de trabajo.
"Es más digno recoger tapones que vender bolsos falsos y correr delante de la policía", sostiene Morón. Además, este proyecto no solo vela por la integración, también por reducir el impacto medioambiental. ¿Cuál es la idea? "Reciclar tapones. Recoger los corchos de los restaurantes, y llevarlos a una planta de reciclaje", explica.
Restaurantes adheridos
¿Cómo? Mediante una sinergia entre restaurantes de la capital catalana y asociaciones, con el corcho como elemento central. Cada día se abren miles de botellas, ¿qué pasa con los tapones? Durante la primera fase de este proyecto, los empleados son los encargos de recogerlos para llevarlos a una planta de reciclaje en Polinyà, por lo que recibirán la remuneración de este material a peso. Por ahora, se han unido a la inciativa unos cuantos locales de la capital catalana, como Dos Pebrots, Lasarte o Mextizo, pero hacen falta muchos más para que sea viable. ¿Por qué? “Se necesita un volumen importante de corchos. La idea es establecer una rutina de recogida que pueden escoger los establecimientos y, a través de una app, crear una ruta”, explica su impulsor.
Simulación de un local con una urna paras dejar tapones de corcho / AFLOTE
Cuantos más locales participen, más tapones se podrán recoger y más personas podrán acceder a un puesto de trabajo. A las empresas no les costará nada y se llevará a cabo una labor de reciclaje. De un desecho, el tapón de una botella, se creará empleo. No solo eso, sino que el corcho también tendrá una segunda vida. Los trabajadores tendrán un uniforme, como parte del proceso de dignificación, y la intención es que los locales adheridos cuenten con una etiqueta identificativa, y una urna que les entregará la propia organización para que puedan ir guardando los corchos. “La idea es no molestar, fijar un día y una hora --fuera de horario de comidas y cenas-- para la recogida, y que el trabajador sepa donde están los corchos”, señala Morón.
Salario digno
¿Cuál será la labor de los empleados? Al principio, la idea es que recojan los corchos de los establecimientos. Las rutas se establecerán de manera que se optimicen los desplazamientos. “No tendría sentido recorrer media ciudad para recoger cuatro corchos”, explica su creador. Por lo que se tendrá en cuenta el volumen de este material de cada local, así como su emplazamiento. Después, transportarán los tapones hasta la planta de reciclaje y las asociaciones adheridas, Arrels, Fundació Comtal y el Sindicato de Manteros, serán las encargadas de recibir los beneficios y abonar el salario a los empleados.
Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, en 2017 había más de 2.200 restaurantes y 6.300 bares y cafeterías en la capital, lo que se traduce en más de 8.600 puntos posibles de productores de tapones de corcho --eso sin contar empresas de catering o hoteles--. Si la mayoría aceptasen formar parte de este proyecto, y contasen con un tapón al día, garantizarían el sueldo de tres personas --también al día--. Obviamente, los locales descorchan más de una botella diaria, unas cifras que avalan su viabilidad.
Objetos de diseño
El proyecto no acaba aquí. En una segunda fase, la idea es continuar con la fabricación de objetos de diseño. "Piezas que ideen artistas y que pueden servir para la hostelería, por ejemplo", explica su impulsor. ¿Por qué? Aunque el reciclaje es caro, el diseño permite aportar valor añadido y afrontar el "sobrecoste" de reutilizar un material, lo que permitirá hacer viable el sistema y, a su vez, aportará más recursos a la organización.
Porta cuentas de Aflote / AFLOTE
También chalecos salvavidas cuyo relleno sea de corcho reciclado y prendas de ropa. ¿De dónde viene la inspiración? De las botella de plástico PET y su proceso de reciclaje en fibras textiles. En 2015, una empresa comercializó chaquetones elaborados a base de plásticos reciclados --utilizaron el polietileno de envases de agua y refrescos--. Fue el primer intento de introducir este material reutilizado en el sector textil.
Proyectos solidarios
Una aventura solidaria que ha impulsado este industrial que, bajo una misma iniciativa, aúna dos objetivos vitales: contribuir a la integración social y al cuidado del medioambiente.