Nuevo herido en la guerra entre grafiteros y vigilantes de seguridad de Cercanías en Tarragona. Un guardia de seguridad ha sido apedreado esta madrugada en la Estación de Sant Vicenç de Calders mientras custodiaba trenes. El empleado ha sufrido heridas en la frente producto del impacto de piedras, según ha podido conocer este medio.
El ataque se habría producido de madrugada, cuando el profesional realizaba funciones de custodia de convoyes en el apeadero tarraconense. Un portavoz de Renfe ha confirmado a este medio que un grupo de vándalos ha sido sorprendido por el empleado cuando éstos estaban pintando los vagones. En ese momento la han emprendido a pedradas contra el profesional. Una de las rocas ha impactado contra la frente del trabajador, causándole heridas leves. El empleado ha sido atendido en el Hospital de El Vendrell (Tarragona). El operador ferroviario ha indicado que interpondrá la correspondiente denuncia, y ha enfatizado en las pérdidas materiales y violencia que ocasionan estos grupos.
Cadena de agresiones...
El de ayer es el último acto vandálico violento de grafiteros contra vigilantes de seguridad del servicio de Cercanías de Renfe en Tarragona. Se suma a una cadena de ataques de gamberros violentos contra el personal de seguridad y empleados de la operadora desde enero de este año. Según denunciaron empleados de las empresas adjudicatarias del servicio en la zona, hasta siete de 32 trabajadores han tenido que coger la baja médica en las últimas semanas por estos ataques.
Anteriores envites violentos de los grafiteros se han saldado con un vigilante con un dedo roto en Móra La Nova (Tarragona) --que acabó con el atacante detenido-- o un profesional con una luxación de hombro por otra agresión. Los vigilantes, por su parte, han conseguido interceptar a algunos de los atacantes y ponerlos a disposición de los Mossos d'Esquadra.
...y más de 10 millones para limpiarlos
El esfuerzo del personal de Cercanías de Renfe ha impedido algunos ataques con pintura contra vagones, pero no todos. La empresa pública adscrita al Ministerio de Fomento gastó hasta 10 millones de euros en la limpieza de pintadas y grafitis de sus trenes en 2018. La enseña interpuso también unas 2.000 denuncias, lo que equivale a cinco diarias de media. Además del esfuerzo económico, la actividad de los grafiteros tiene consecuencias sobre la operativa de Cercanías. "Obligan a alterar la programación de los recorridos del tren [pintado] con el fin de organizar la retirada de la pintada por parte de los servicios de limpieza, así como dejar el tren inmovilizado más tiempo de lo previsto, lo que conlleva una modificación de la logística de distribución", alerta Renfe.
Con lo que respecta al interior de los convoyes, la operadora invirtió cinco millones en la reparación de actos vandálicos. Inyecta anualmente otros 14 en materia de seguridad. Globalmente, la empresa pública destinó 15 millones de su presupuesto --el equivalente a la compra de tres convoyes-- a limpiar o reparar actos vandálicos.