Ellas son inteligentes, estudiosas y prudentes; ellos, activos, independientes, y posesivos. Los estereotipos siguen anclados en la visión de los jóvenes cuando les toca definir las características que consideran propias de cada género.
“Tiene que ver con cómo educamos como sociedad: ellos han sido educados para buscar un modelo de chica que ya ha desaparecido y ellas, para encontrar un modelo de chico que todavía no se ha fabricado”, explica la profesora en Filosofía del Derecho y coordinadora del Máster en Políticas de Igualdad de Género de la UAB, Noelia Igareda. Tanto es así que el machismo continúa instalado entre el 56% de los jóvenes –hombres y mujeres–, según el Informe Jóvenes y Género. La (in)consciencia de equidad de la población joven en España, elaborado por el Centro Reina Sofía de Adolescencia y Juventud.
Aumenta la violencia entre jóvenes
A pesar de los esfuerzos de las políticas de igualdad, más de la mitad de los jóvenes perpetúan estereotipos y creencias machistas. El 39% del total se muestran convencidos del interés de las mujeres por “crear un hogar y tener hijos”, que “los celos son normales en una relación” o que los homosexuales “son más promiscuos”. Asimismo, un 17% de esta franja de edad niega la existencia de desigualdad de género y defiende argumentos como que el amor implica “la renuncia a una o uno mismo”. En ambos grupos es mayoritaria la presencia de hombres, el 61,9% entre los tradicionales, y el 64,7% entre los negacionistas.
Estos datos se producen en un contexto en el que aumentan los casos de violencia machista entre ese sector de población. El 53,1% de las adolescentes y jóvenes españolas de 15 a 29 años aseguran haber sufrido algún tipo de discriminación alguna vez, según el Barómetro de Género del Centro Reina Sofía. Sobre este aspecto, el INE muestra cómo en 2017 hubo 29.008 víctimas, entre las que 653 fueron niñas y adolescentes, un 14,8% más que el año anterior. Asimismo, 127 hombres menores de edad fueron denunciados por este asunto, un 18,7% más.
"Herramientas" contra la desigualdad
Esta situación ha llevado a Save the Children a pedir “herramientas con las que poner fin a la desigualdad de género y a la creciente violencia machista contra las niñas y adolescentes”, tal y como relata la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de la ONG, Ana Sastre. Entre las medidas, pide que en la próxima legislatura se apruebe una asignatura de “educación afectivo sexual”.
No obstante, aunque la educación en las escuelas no deja de ser un pilar básico, no lo es todo. “Mucha responsabilidad la tienen desde el entorno que conforman amigos, familia y cultura. Es el caso de lo que les llega a través de programas de televisión o de las series, donde se siguen ofreciendo estereotipos”, analiza la profesora de la UOC Ana Bernal-Triviño.
Varias jóvenes durante la manifestación del 8 de marzo de 2018 / EFE
El machismo persiste
Una de las principales premisas de la que parten todos los expertos a la hora de analizar el machismo es que no se corresponde con un ambiente social determinado. “Hago reflexiones con estudiantes que están a punto de graduarse en Derecho sobre algún impacto de género que puedan tener nuestras leyes y muchos de mis alumnos y alumnas se revuelven un poco en sus sillas”, señala Igareda. “Lo peor es que consideran que han sido educados en la igualdad y que mi discurso es de otra época, pero no se dan cuenta de que nuestra sociedad es aún terriblemente machista”, sentencia.
Otro de los campos de batalla está en la redes sociales. Bien entendidas pueden ser un arma para poner en evidencia argumentos y mensajes machistas. Es lo que hizo el movimiento feminista en un principio, sin embargo, “cuando el machismo se dio cuenta, reaccionó de forma contundente”, afirma Bernal-Triviño. En este sentido coincide Igareda que alerta del anonimato bajo el que se esconden mensajes machistas en ocasiones. Además, explica que plataformas como Instagram pueden funcionar como una “lupa” que acentúan estereotipos físicos como la “obsesión de las chicas por la belleza o el estar monísima”, que conlleva a la “sexualización del cuerpo femenino”.
Sexualización de la mujer
Precisamente, esta sexualización del cuerpo de la mujer es uno de puntos de partida del machismo. Si volvemos al informe citado al comienzo, entre cuestiones como el salario, el acceso a puestos de responsabilidad o encontrar empleo, en el único punto en que los jóvenes consideran que las chicas tienen más facilidad que los chicos es en mantener relaciones sexuales, según el 44,4% de los encuestados.
Estos datos se producen en un contexto en el que una corriente política, vinculada con la derecha y extrema derecha, arroja mensajes críticos contra el feminismo y señala las leyes contra la violencia machista como “ideología de género”. “Vivimos en una sociedad patriarcal –explica Bernal-Triviño–, cuando los mensajes que le llegan a la juventud por parte de partidos, medios de comunicación y desde la cultura siguen siendo machistas, se sigue desarrollando este tipo de mentalidad”. “Son jóvenes a los que difícilmente les vamos a poder cambiar la mentalidad y que votarán más opciones de ultraderecha, que van en contra de los derechos de la mujer”, sentencia Bernal-Triviño.