Razzmatazz ya tiene que escoltar a sus trabajadores. La discoteca más conocida de Barcelona ha tenido que reforzar la seguridad de su plantilla desde hace algún tiempo por el peligro que entrañan las bandas que se apostan en la puerta para robar y pelearse con los clientes que salen del club. La información trasciende tras la muerte de un joven en una pelea fuera del local el pasado 8 de febrero.
Según ha podido conocer este medio de fuentes conocedoras, el equipo de seguridad de Razzmatazz escolta a su personal de servicios hasta la salida de Metro más cercana cuando terminan las sesiones. Lo hacen después de que proliferaran las bandas de diferentes nacionalidades que se congregan en las inmediaciones de la sala de ocio nocturno situada en la calle Almogàvers para aprovecharse de los fiesteros --algunos ebrios-- del establecimiento. Los esperan para robar al descuido, vender latas o comida o, si es preciso, agredirlos con violencia para robarles las pertenencias.
Muerte en las inmediaciones
La noticia de que Razzmatazz tiene que escoltar a su personal ha tratado de ser cotejada con la gerencia del local por este medio, sin obtener respuesta. Fuentes del sector de la seguridad han indicado que "no es habitual", ya que la única figura similar, que prolonga la protección del interior de la sala al exterior serían "los agentes cívicos, cuya legalidad está en entredicho". En cualquier caso, han subrayado que si se trata solo de escoltas temporales de trabajadores hacia sus transportes o coches, el encaje legal de la apuesta de Razzmatazz por la seguridad es "razonable y no ilegal".
En cualquier caso, este elemento informativo aporta mucha más luz sobre la muerte del joven Mamadou Haidara, de 23 años, el pasado sábado, 8 de febrero, en los aledaños del complejo de ocio nocturno. Haidara perdió la vida tras una reyerta en el exterior del local que las cámaras de seguridad no captaron. Una investigación sigue abierta por una "posible muerte violenta", confirmaron fuentes policiales.
Razzmatazz se desmarca
Tal y como avanzó El Periódico, un amigo de la víctima, Saryo Bosang, ha manifestado que su conocido "murió a golpes" tras una noche de fiesta en Razzmatazz. La sala lo niega y recalca que no dejan acceder al espacio a las personas que se dedican a la venta ambulante, como sería el caso de Haidara. Su gerente, Lluís Torrents, ha indicado que la pelea sucedió en el exterior del negocio y que las cámaras de seguridad no captaron los hechos. "Cuando vimos la agresión en la calle alertamos a una ambulancia porque el hombre estaba inconsciente y con heridas en la cabeza. El joven murió en el hospital al que fue trasladado", ha enfatizado el directivo.
Torrents ha agregado que "las cámaras no llegaron a captar la pelea porque no alcanzan hasta el lugar donde sucedió", siempre en el exterior del establecimiento, muy concurrido y popular entre jóvenes barceloneses y turistas.