Los Mossos d’Esquadra detuvieron el pasado 30 de enero a un hombre de 57 años por haber estafado a una anciana mediante el timo del tocomocho. Se trata de un método de robo por el que se engaña a la víctima, que suele ser de avanzada edad, con cupones de lotería presuntamente premiados. La estafa se realizó a una mujer de 78 años en el barrio de Sants.
La policía autonómica catalana ha explicado, mediante un comunicado este martes, que un agente fuera de servicio avistó a una persona lanzando una bolsa por la ventana de su vehículo mientras circulaba por la C-32. El policía alertó de lo que había visto y una patrulla le dio el alto al sospechoso en un peaje, a la altura del Garraf.
Dinero en efectivo, joyas y dos pelucas
En el interior del vehículo del presunto estafador, los Mossos encontraron dinero en efectivo (26.300 euros), joyas y dos pelucas. Los hallazgos en el coche del sospechoso hicieron que se indagase sobre la persona en cuestión.
El hombre, de nacionalidad española y residente en Madrid, tenía pendiente una orden de arresto por parte de la Policía Nacional. Se consiguió recuperar varios objetos que estaban denunciados el mismo día en una comisaría del distrito de Sants-Montjuïc. La estafa del tocomocho suele llevarse a cabo por más de una persona, por lo que no se descarta que produzcan más arrestos relacionados con el mismo delito.
¿Cómo se lleva a cabo el tocomocho?
Este timo suele tener el mismo modus operandi en todas las ocasiones. En primer lugar, una persona se acerca a la víctima y le ofrece un cupón de lotería con premio. Ese primer individuo le hace entender a la persona estafada que no lo puede cobrar por algún motivo y que se lo vende por un precio muy inferior al premio.
Es en ese momento cuando aparece el segundo timador que, simulando que pasa por ahí de casualidad, le muestra a la víctima un listado de números premiados para darle más veracidad a la estafa. El gancho convence a la víctima asegurando que incluso compartiría el premio pero que también puede quedárselo.
La persona, que suele ser de la tercera edad, cae en el engaño y acude a su banco o a su casa para comprarles el falso boleto de lotería. Una vez hecho el intercambio, los timadores se marchan con cualquier pretexto, dejando a la víctima sin el dinero y con un trozo de papel que no vale nada.