Los 'chalecos amarillos' vuelven a cerrar el paso cerca de La Jonquera

Los gilettes jaunes (chalecos amarillos, en francés) han colapsado, de nuevo, una de las vías de paso fronterizas entre Francia y España. Durante varias horas de la mañana, los manifestantes franceses críticos con las medidas del Gobierno de Emmanuel Macron han cortado el tráfico y han impedido el paso de mercancías en ambos sentidos. 

El paso con mayores complicaciones ha sido el peaje de Voló, situado en la A-9 --dentro del territorio francés--. Decenas de chalecos amarillos han ocupado la calzada y han evitado la circulación de los camiones. Las colas resultantes se han extendido varios kilómetros y han llegado prácticamente hasta La Jonquera, zona fronteriza entre Cataluña y Francia.

Apoyo 'indepe'

La concentración de manifestantes franceses ataviados con los chalecos amarillos han contado, además, con apoyo de un grupo de independentistas catalanes de la zona norte de la región. Algunos nacionalistas se han desplazado hasta el lugar de las protestas ataviados de banderas esteladas, barretinas, lazos amarillos y una pancarta con la inscripción "República catalana" en inglés. 

No es la primera vez que los manifestantes franceses cortan el tráfico en esta zona. A principios de diciembre, cuando estalló la protesta de los llamados chalecos amarillos, el tráfico sufrió kilómetros de retenciones en La Jonquera debido a las barricadas y concentraciones en la AP-7 que conecta España y Francia. 

Retenciones en la Jonquera por las protestas en Francia/ Trànsit

Retenciones en la AP-7 a principios de diciembre por las protestas de 'chalecos amarillos' / TRÀNSIT

Sexto fin de semana de protestas

Este es el sexto fin de semana consecutivo de protestas en territorio francés. Además de este y otros cortes de carreteras en el sur del país galo, los chalecos amarillos se han presentado "por sorpresa" en el parisino barrio de Montmartre.

En un principio habían convocado la concentración en Versalles, al oeste de la capital francesa, pero finalmente han cambiado el punto de encuentro. Esta estrategia ha sorprendido a las fuerzas policiales, que tuvieron que desplegarse rápidamente para acordonar la manifestación que pretendía llegar al Palacio del Elíseo, la sede de la Presidencia de la República francesa.