Se lava las manos. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) pasa de las reuniones de mediación para evitar la huelga de los vigilantes de seguridad por Nochevieja y la Noche de Reyes. La empresa que persigue Mercedes Vidal no se presentó anteayer al encuentro de mediación para evitar los paros, que afectarán dos de los días con más tráfico de pasajeros en el suburbano.
Según ha explicado ADN Sindical, convocante de una protesta y sindicato profesional mayoritario en el sector, ha lamentado que "una empresa que depende del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), una institución que preside Barcelona en Comú (BComú), que se jacta de ser nueva política y de tener un talante dialogante, ni se presenta a las reuniones para evitar una huelga". La misma fuente ha indicado que "es impensable" que un partido que "a priori dialoga con los trabajadores" --Vidal es de EUiA, que concurrió a las elecciones municipales de 2015 con BComú-- no colabore en evitar un conflicto en el suburbano.
Culpa a las empresas
Según los sindicatos, TMB, que anunció que era conocedor de la protesta cuando se anunció hace una semana, apunta a las empresas concesionarias como responsables de negociar con los 700 de trabajadores que velan por la seguridad del suburbano barcelonés. Alega que ella no es responsable de negociar las demandas de los empleados, sino que serían Prosegur y Securitas, las firmas que tienen las contratas de vigilancias, las que deben abordar el malestar.
Imagen de un control de vigilantes de seguridad del Metro de Barcelona, que harán huelga por Fin de Año / CG
Discrepan las enseñas de ello, aunque prefieren no verbalizarlo públicamente. Deben lidiar con las denuncias sus plantillas, que se ven literalmente como "sacos de boxeo" ante las continuas agresiones que sufren en el transporte barcelonés. Los vigilantes de seguridad del Metro de Barcelona exigen acabar con las patrullas en solitario; realizar análisis de seguridad para determinar necesidades; desplegar a más trabajadores de seguridad que interventores en los controles de billetes; trabajar conjuntamente con Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra y hacer un listado de puntos calientes en los que se debe reforzar la seguridad.
Reparto de pasquines
Cualquiera que fueran las exigencias de los 700 vigilantes de seguridad del Metro de Barcelona, hoy han verbalizado su malestar en la Estación de Sants. Han repartido pasquines en los pasajeros en los que se ponía de manifiesto su enfado con TMB y el Ayuntamiento de Barcelona, a quien apuntan por no garantizar su seguridad. "La seguridad del Metro se pone en huelga porque el Ayuntamiento de Barcelona no quiere ni sentarse a dialogar con nosotros para poner más efectivos".
Cabe recordar que esta primera acción de protesta del personal de seguridad del suburbano de la Ciudad Catalana llega después de una cadena de agresiones y episodios violentos en el transporte de la capital catalana. El más grave ocurrió el pasado 22 de noviembre, cuando un individuo armado con un cuchillo lo blandió ante los vigilantes de seguridad en la estación Rambla Just Oliveras de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Días antes, el domingo 18 de noviembre, hubo dos sucesos más: una agresión con botella rota en el apeadero de Paral·lel de la Línea 2 y otro incidente con arma blanca en la estación Besòs de la Línea 4 ante una mujer que viabaja con su bebé.