Bellvitge lleva un mes con las radiografías atascadas. La gran ciudad sanitaria del Baix Llobregat, que atiende a una población de referencia de 1,1 millones de potenciales pacientes al sur de Barcelona, no tiene dinero para reparar un aparato de radiodiagnóstico. Ello ha embozado la máquina que queda operativa y que apenas cubre el flujo diario de enfermos.

La dirección del hospital, 100% público y bajo la gestión del Instituto Catalán de Sanidad (ICS), es mucho más tamizada. Un portavoz ha admitido que "en efecto, se ha producido una incidencia técnica en el equipo de rayos X en el área de urgencias, que en estos momentos ya está en proceso de reparación. En ningún momento ha quedado afectada la actividad asistencial, ya que disponemos de diversos equipos para prestar este tipo de servicio".

"200 pacientes perjudicados al día"

Fuentes sindicales han dibujado un escenario mucho más negativo. "Las nuevas urgencias se estrenaron en 2014. Pues bien, una de las máquinas de hacer radiografías lleva un mes atascada. No se puede reparar porque su adquisición no contemplaba la reparación de un tubo que cuesta 25.000 euros. Y la gerencia territorial del ICS no tiene dinero. Así que ahora está renegociando el contrato con Siemens, el proveedor", han explicado.

¿Qué afectación sobre los pacientes tiene la avería? "Estamos hablando de unos 200 enfermos al día. Tienen que ser derivados de una sala a la otra. Sí, es cierto que hay otra máquina de la marca Philips, pero no permite hacer radiodiagnóstico con el paciente en decúbito supino (tumbado de espaldas)", agregan. Aún más grave, la única máquina disponible también funciona a medio gas. "Las placas por wifi no funcionan. Cada una de ellas cuesta 30.000 euros y ya se han averiado tres. Ya no las reponen por falta de presupuesto, y las tienen que hacer manualmente", explican.

Por último, la parte social señala también la "falta" de celadores en urgencias, que se reducirían al 50% en fin de semana, "cuando la presión asistencial es la misma".

Compras polémicas

Cabe recordar que la chapuza en la compra de la máquina de radiodiagnóstico del Hospital Universitari de Bellvitge (HUB) no es la primera polémica que encaja el tándem Montserrat Figuerola-Cristina Capdevila como gerente territorial y directora gerente de la institución de enfermos agudo, respectivamente. Nombradas en abril de 2016, el dúo se sumió en la polémica en 2016 al reconfigurar su unidad coronaria y adquirirla a Medtronic, la empresa en la que trabaja la antigua adjunta a gerente del centro, Berta Ortiga.

La unidad, que el hospital defendió como "un traslado" con arreglo a un convenio entre las dos partes, recibió las críticas de los sindicatos al considerar que era "poco ético" e incluso ilícita una contratación de estas características a una ex alto cargo de la ciudad sanitaria.

Cabe recordar que el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) aguarda también la puesta en marcha de su fase II o el bloque técnico quirúrgico, inaugurado en 2012 pero aún sin terminar por falta de presupuesto en la Consejería de Salud. El departamento de Alba Vergés promete ahora terminarla, con sus equipos, en 2020.