Cementiris de Barcelona (CBSA) trató de identificar un cadáver del desastre de Montjuïc con el ADN de su cuñado. El gazapo cometido por la empresa municipal de camposantos de la ciudad es el epítome, según las familias afectadas por el derrumbe de un bloque de nichos, de las "chapuzas" del ayuntamiento tras el hundimiento.
El colapso de la torre de 144 sepulturas ocurrió el 15 de septiembre de 2017. Desde entonces, la sociedad pública que dirige Jordi Valmaña y preside el concejal de Presidencia, Agua y Energía, Eloi Badia, ha sido incapaz de identificar de forma científica a ninguno de los 350 cuerpos cuyos restos mortales fueron separados por la caída. Las familias se pusieron manos a la obra y se unieron para presentar ayer, lunes, 16 de julio, una querella criminal por cinco presuntos delitos --daños, profanación, malversación, prevaricación y falsedad documental-- contra los dos cargos y la antropóloga Dominika Nociarová, que dirigió las labores de desescombro e identificación visual.
"El ADN del cuñado"
Mientras el bufete de Miguel Duran, Duran & Duran, preparaba la querella junto a Palacio Lassaletta Abogados, Cementiris iniciaba las pruebas de identificación de ADN a regañadientes. Lo hizo tras meses de peticiones de los familiares. Durante los test, la sociedad municipal que comanda Valmaña tomó muestras genéticas de descendientes directos de los fallecidos, el método más rápido para identificar unos restos mortales. No obstante, en uno de estos casos cometió un error de bulto.
"Pidió el ADN al cuñado de uno de los fallecidos en lugar de un familiar directo con quien compartiera trazos genéticos. Hasta este punto llegan los desmanes cometidos tras la tragedia", explicó ayer José María de Palacio, abogado de las 50 familias denunciantes, de las que 20 han firmado la querella. Ello, según el letrado, es una prueba más de la presunta mala gestión de la crisis que habría hecho el Ayuntamiento de Barcelona tras el derrumbe de 2017.
Cementiris calla
La misma opinión merece el caso del ADN del cuñado a una de las familiares afectadas por el hundimiento del bloque de nichos en el Cementerio de Montjuïc de Barcelona. "Es una anécdota que le puede pasar a cualquiera, sí, pero denota la absoluta chapuza que ha hecho el ayuntamiento tras el incidente", ha indicado. Según ella, ni la empresa municipal ni el consistorio "tienen interlocutor único; unos días es su abogado, otros, el propio Valmaña y otros, su jefa de prensa de la sociedad municipal, Marta Aladrén".
"Es un despropósito continuo --ha continuado la misma fuente-- porque están desbordados. Cuando los familiares pedimos información, el ayuntamiento muestra una descoordinación total. No han nombrado a un único interlocutor que gestione la información". CBSA no ha contestado a los requerimientos de este medio al ser preguntado sobre si actuaría sobre las quejas que los allegados de los difuntos han presentado por escrito en forma de querella o de forma verbal.