Tres lugares para hacer pedidas de mano (perfectas) en Barcelona

La celebración nupcial suele ser recordada por los novios como uno de los momentos más importantes de su vida. Y más si se encuentran rodeados de familiares y amigos que están ahí para ser partícipes del proyecto de vida en común que van a emprender. No obstante, la preparación de la boda es una tarea complicada que exige de una organización previa, muy estudiada, con el objetivo de garantizar que ese gran día sea realmente "mágico". 

El primer paso para conseguir un enlace perfecto pasa por una pedida de mano perfecta. Y para ello, el lugar elegido en el que hacer la proposición matrimonial es una pieza fundamental. Por eso suele ser necesario que la pedida de mano contenga una pizca de factor sorpresa, originalidad y, por supuesto, que sea capaz de adaptarse a los gustos de la pareja. ¿Dónde poder realizar esta propuesta en Barcelona?

Fuente mágica de Montjuic

La Fuente de Montjuic es una opción perfecta para garantizar una pedida de mano mágica. Situada frente al espectacular palacio barcelonés, consiste en una gran fuente circular que combina los juegos de luces y colores en el agua protagonizando una escena perfecta para decidirse a dar el paso en la propuesta matrimonial.

Monte Tibidabo

El monte del Tibidabo situado en la sierra de Collserola es una alternativa que garantiza a la pareja disfrutar de unas increíbles vistas de postal. Además de por sus espacios naturales también destaca por su peculiar parque de atracciones y recreativos en la cima de la montaña que disfruta igualmente de unas maravillosas vistas y puede suponer una forma original para dar el gran paso.

Park Güell

El Park Güell es un parque repleto de jardines y elementos arquitectónicos que reflejan el modernismo catalán en su máxima potencia gracias a la obra del artista Antonio Gaudí. Situado en la parte superior de Barcelona, en el monte del Carmel, es considerado uno de los puntos más atractivos de la ciudad por su belleza y su expresividad arquitectónica. La vista desde sus jardines y el paseo por sus inmediaciones recrean un romántico escenario, ideal para hincar la rodilla y realizar una pedida de mano con Barcelona a los pies.