Carabela portuguesa / VOLKAN YUKSEL - WIKIMEDIA COMMONS

Carabela portuguesa / VOLKAN YUKSEL - WIKIMEDIA COMMONS

Vida

La carabela portuguesa amenaza las playas españolas

Es tan venenosa que puede llegar a provocar la muerte, aunque realmente no es una medusa, sino un hidrozoo sifonóforo

26 abril, 2018 19:19

El aumento de las temperaturas provoca que en numerosas playas de España comiencen a aparecer las temidas medusas. Sin embargo, este año está sucediendo un fenómeno muy extraño debido a los fuertes vientos de poniente que se han registrado en las últimas fechas. Y es que en algunas playas se ha dejado ver la carabela portuguesa, una especie de medusa muy peligrosa que en realidad no es una medusa.

La 'Physalia physalis', nombre técnico de la carabela portuguesa, pertenece al filo o grupo biológico 'Cnidaria', igual que las 'Medusozoa'. Pero no es realmente una medusa sino un hidrozoo sifonóforo.

Flotando en la superficie del mar

La medusa posee una estructura similar a una campana con tentáculos y se desplaza sumergida con contracciones rítmicas aprovechando el agua marina como propulsor, mientras que la carabela portuguesa tiene una especie de vejiga de color violáceo con gas en su interior que le permite flotar en superficie, donde es arrastrada por los vientos o las corrientes marinas.

Carabela portuguesa en la arena de la playa / PIXABAY

Carabela portuguesa en la arena de la playa / PIXABAY

Carabela portuguesa en la arena de la playa / PIXABAY

En algunas zonas de nuestro país como las Islas Canarias es habitual ver a la carabela portuguesa durante los meses de enero y febrero. Sin embargo, en las últimas semanas ejemplares de esta especie han sido avistados en las playas gallegas de Sanxenso y O Grove, en el litoral de Málaga, Ibiza y Ceuta, y en la costa alicantina de Altea, donde incluso se procedió al cierre de las playas como medida de seguridad.

Pueden llegar a causar la muerte

El peligro de la carabela portuguesa está en los numerosos filamentos saturados de potentes células urticantes que penden de la vejiga, capaces de segregar un veneno que no sólo produce un dolor intenso, sino que genera consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas. Con este veneno paraliza y captura sus presas, pero también afecta a los seres humanos, a los que incluso puede llegar a provocar la muerte.

Los expertos en emergencias advierten de que no se debe tocar directamente una carabela portuguesa al menos hasta 48 horas después de su muerte. En caso de entrar en contacto con ellas, lo recomendable es salir del agua de inmediato, lavar la herida con agua de mar o vinagre sin frotarla y retirar con mucho cuidado todo el material azul que pueda haber dejado sobre la piel y el bañador.