Son la mafia 'okupa' que amarga a los vecinos y a la banca. Un grupo profesional asedia tres pisos vacíos junto a Las Ramblas de Barcelona. El grupo ha intentado tomar las viviendas en cinco ocasiones en los últimos dos meses, convirtiéndose en una pesadilla para los vecinos y Caixabank, propietario de los apartamentos.
El foco del conflicto se sitúa en la calle Hospital número 19 de Barcelona. El céntrico bloque de seis viviendas se ha convertido en la zona cero de la okupación en la Ciudad Condal. El edificio cuenta con puertas blindadas, seguridad privada y barrotes antiintrusos.
"No ha servido de nada. Los asaltantes, perfectamente organizados, han intentado entrar por los balcones, por los patios de luces, desde la calle y, finalmente, serrando los barrotes con una radial. Al final, lo consiguieron", ha relatado una familia de vecinos.
Dos dentro, dos fuera
"Lo consiguieron" significa que los okupas han tomado el entresuelo segunda de la finca tras varios intentos. Se han atrincherado en el interior. Ni los Mossos ni la Guardia Urbana los pueden sacar, pues cuando llegaron los inquilinos llevaban más de 48 horas en el interior.
Patio del entresuelo segunda de la calle Hospital número 19 de Barcelona, tomado por 'okupas' / CG
Comenzó un proceso judicial que los vecinos ven lento. "Es increíble. Han estado meses rondando estas viviendas porque las vieron en el portal inmobiliario del banco. Estaban en venta. Finalmente, entraron en dos. La Guardia Urbana les echó de uno, pero los Mossos dejaron que otra pareja se quedara en el entresuelo. Lo vemos intolerable".
"Hicimos todo lo posible"
La situación ahora en la calle Hospital 19 es kafkiana. Conviven tres familias --dos de ellas con menores-- pagando legalmente sus viviendas. Dos pisos vacíos que están asediados por la mafia y uno que ya han tomado. Un guardia de seguridad permanece 24 horas en el rellano velando por la convivencia y evitar que entren en los dos apartamentos que quedan. No tiene más remedio que abrir la puerta a los nuevos inquilinos del entresuelo segunda: la normativa vigente se lo obliga a hacer.
Preguntado por la cuestión, un portavoz de Caixabank ha recordado que "han tomado todas las medidas posibles, incluyendo la contratación de seguridad y puertas especiales. Pero al final un grupo consiguió entrar en una vivienda. Los pisos en concreto ya tienen comprador, y estamos en el proceso de que Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat no ejerzan su derecho de tanteo, pues la ley se lo permite".
"No tienen necesidades, son una mafia organizada"
Familias que conviven en el bloque han precisado que los okupas "no son gente necesitada", sino una mafia con una estructura perfectamente engrasada. "Utilizan escaleras y sierras radiales. Se fijan en pisos que anuncian los bancos en sus portales inmobiliarios. Entran con bebés --que luego no viven allí-- para que no les echen. Y utilizan las viviendas de prostíbulos o dispensarios de droga".
El bloque de la calle Hospital número 19 de Barcelona, asediado por los 'okupas' / CG
"Llevamos sufriendo esta situación desde 2013, cuando los dos propietarios de los tres pisos perdieron los activos y se los entregaron al banco. Desde entonces, hemos acogido a okupas de corte hippie, que no causaban tantos problemas. Pero ahora ha cambiado. Se trata de mafias con soldados y capitanes dedicados a la criminalidad", resume uno de los residentes.
"La ley funciona, pero es lenta"
Preguntado por la cuestión, el abogado Jesús Becerra, del bufete Martínez y Moliner, ha recordado que el Código Penal tiene preceptos que castigan estas conductas. "El artículo 245 castiga la usurpación de inmuebles con penas de hasta uno a dos años de prisión al que tome viviendas haciendo uso de la fuerza o la intimidación. Si además se le suman otros tipos, como el de asociación para delinquir, narcotráfico o proxenetismo, el castigo es aún más alto", ha razonado.
¿Qué está fallando para que las nuevas mafias de okupas campen a sus anchas? "La justicia es lenta. Los vecinos pueden denunciar ellos mismos o por medio de su representación legal a la policía o al juzgado de guardia, pero las cortes están saturadas de expedientes. El problema no es la legislación: es que los casos se enquistan y no se resuelven, tornándose una pesadilla para los que conviven con estos grupos", remacha.