Los vigilantes de seguridad del metro de Barcelona denuncian "indefensión" tras la paliza a tres profesionales en la línea 5 el domingo de madrugada. Los guardias jurados, por medio de su representación sindical, se quejan de "falta de profesionales y equipos". Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) defiende que la violencia en la red "es escasa".
Este medio ha preguntado en dos ocasiones a la empresa que preside Mercedes Vidal por el número de agresiones físicas anuales que sufren los vigilantes.
"En el metro, los hechos violentos son escasos y las condiciones de seguridad son suficientemente buenas, hecho que pueden corroborar las autoridades de seguridad pública", ha respondido un portavoz. Las agresiones, pues, serían "minoritarias y excepcionales en relación a las horas de servicio y pasaje de una red que mueve 1,3 millones de personas al día".
"Al menos 50 físicas al año"
Los sindicatos discrepan. Según UGT, los incidentes que implican violencia física contra los agentes son al menos unas cincuenta al año. La cifra la encuentra "razonablemente calculada" Comisiones Obreras.
Precisamente, las dos centrales pedirán hoy, jueves 26 de octubre, que en la reunión del Comité de Seguridad y Salud del Metro se trate el asunto desde el punto de vista de los riesgos laborales.
"Estamos desprotegidos. Se nos exige proporcionalidad, pero somos víctimas de abusos verbales de forma continua. Y de ataques físicos con una frecuencia alarmante. ¿Para responder? Tenemos una defensa de 50 centímetros y un móvil antiguo. Los agentes van solos o con un perro. Es insuficiente", ha explicado un delegado de UGT.
"TMB lo esconde"
Cabe recordar que la vigilancia del metro de Barcelona se divide en adjudicaciones partidas en lotes. Securitas opera las L1, L3, L5, el grupo canino, el centro de control (CMM), nocturno y los llamados PATT, las unidades de vehículos sobre tierra.
Prosegur está al mando de las líneas L2, L3 y L9Sud. Eulen, por su parte, ganó la concesión de la L4.
ADN Sindical asegura que la próxima licitación de los lotes "provoca que TMB esconda y minimice las agresiones". Según esta agrupación, que ha aportado denuncias a Inspección de Trabajo sobre la materia, "los vigilantes van a menudo solos sin apenas formación".
"Quedan desprotegidos --ha continuado la misma fuente--, igual que el ciudadano. Lo peor son los domingos de madrugada, cuando el metro se convierte en una ciudad sin ley".
"Que dimita Óscar Benítez"
Más contundente, el vicepresidente de Marea Negra por la Seguridad Privada, José Antonio Carbonell, ha pedido la dimisión de Óscar Benítez, director de seguridad de TMB.
"Denunciamos un recorte de personal por la licitación de plicas a la baja. Lamentamos que haya estaciones sin vigilancia y que la respuesta del CMM llegue demasiado tarde cuando las patrullas tienen un problema. Entendemos que deberían ser las empresas las que proveyeran de chalecos antipuñaladas y guantes anticorte a la plantilla", ha enumerado.
Carbonell ha pedido igualmente esprays de defensa para los agentes, "ya que frecuentemente se enfrentan solos a grupos de incívicos", y cámaras en el uniforme. "Los dispositivos ayudarían en los juicios, ya que los jueces suelen ser muy exigentes con la actuación de los agentes y nada con la de los agresores", ha concluido.