Los Mossos d'Esquadra sospechan que el urbano asesinado sabía “algo” de la muerte del mantero

Los detenidos lo niegan. La una más que el otro. Pero lo cierto es que los agentes que investigan el caso del asesinato del guardia urbano Pedro Rodríguez, cuyo cadáver apareció en las inmediaciones del pantano de Foix, dan por seguro que hubo un encuentro previo entre los tres, horas antes del crimen, y que en esa reunión saltaron chispas.

El encuentro se habría producido en la casa de ella, donde Rosa Peral se encontraba con su amante, su exnovio Alberto López. Pedro Rodríguez, despechado, entró en la vivienda y les amenazó a ambos con dar detalles del incidente que meses antes mantuvo la guardia con un mantero que acabó despeñándose en Montjuïc en “su huida y por causas fortuitas”.

Despecho amoroso

Tal y como adelantó Crónica Global, los Mossos d'Esquadra ha reabierto ese caso ante la sospecha de que aquel fatal accidente fuera en realidad otra cosa. Pedro Rodríguez, que quizá pudiera saber algo de lo que en realidad ocurrió, dejaría en muy mal lugar a Rosa, y amenazó a la pareja con delatarla. Este pudo ser el detonante de la agresión que desembocó en su muerte.

Sin embargo, no pierde tampoco fuerza la otra teoría: que Rodríguez pillara por sorpresa a su novia y Alberto López en actitud íntima. En el marco de esa embarazosa situación se podría enmarcar también la supuesta agresión.

¿Asesinato u homicidio?

A los Mossos les llama la atención la torpeza con la que los dos agentes policiales, se supone que adiestrados en técnicas de investigación, trataron de desembarazarse del cuerpo. Esa es una de las incógnitas peor resultas, hoy por hoy, de este sumario. 

Y otro dato es relevante: ¿se trata de una asesinato, es decir una acción con premeditación y alevosía, o de un homicidio? La juez de Vilanova todavía no lo tiene claro.