Álvaro Ruiz-Mateos: “Sólo había un dueño de Nueva Rumasa y era mi padre”
El administrador de derecho de Dhul y Clesa asegura al juez de Palma que accedió a la compra presuntamente fraudulenta de dos hoteles por la confianza ciega en su progenitor
18 mayo, 2017 19:01Álvaro Ruiz-Mateos, hijo del fundador de Nueva Rumasa, ha sido el primero de los seis descendientes del controvertido empresario en declarar ante la Audiencia de Palma de Mallorca. Lo ha hecho bajo una petición de siete años de cárcel por la adquisición presuntamente fraudulenta a finales de 2008 de los hoteles Beverly Playa (Mallorca) y Beverly Mar (Gran Canaria).
En su comparecencia ante el juez, ha asegurado que no llevó a cabo ningún tipo de negociación ni gestión en la compraventa. Ha defendido que de ello se encargaba su padre.
“Sólo había un dueño de Nueva Rumasa y era José María Ruiz-Mateos Jiménez de Tejada”, ha recalcado en varias ocasiones. Según su relato, su progenitor, ya fallecido, se ocupó personalmente de la compra de los inmuebles por un precio de 11,7 millones de euros. El pago de más del 80% fue aplazado y los inculpados, según las acusaciones, dejaron a deber más de siete millones.
"No conocía a los vendedores"
A lo largo de su declaración, que se ha prolongado durante más de cuatro horas, el procesado ha insistido en que él sólo intervino como avalista. Lo hizo a través de las empresas Dhul y Clesa, de las que era administrador de derecho. Ha manifestado que no conocía a los vendedores. “El único trato que hubo fue en la notaría, con un ‘buenos días’ y un ‘adiós’, y dudo que nos dijéramos ‘buenos días’”.
El heredero de Ruiz-Mateos ha afirmado que no vio “nada raro ni extraño” en la compraventa. Ha señalado que este tipo de operaciones “venían supervisadas por profesionales”. En este caso, por la persona que asesoraba financieramente a Nueva Rumasa, Manuel Sánchez, así como por el entonces abogado del grupo, Joaquín Yvancos. “Yo no firmo a lo loco”, ha precisado ante el tribunal.
"Confianza ciega" en su padre
Es más, durante un tenso interrogatorio y a preguntas del fiscal anticorrupción Juan Carrau, el acusado ha recordado que cuando su padre le propuso avalar la operación, accedió a la misma por la “confianza ciega” que tenía en su persona. “Era un compromiso moral”, ha abundado.
Álvaro Ruiz-Mateos ha explicado de forma pormenorizada su papel en el conglomerado empresarial. Ha defendido que tanto sus hermanos como él eran “empleados” de Nueva Rumasa mientras que “el propietario último” era su padre.
Es más, en el caso de Dhul y Clesa, mercantiles vinculadas con la compañía quebrada, ha precisado que era “exclusivamente administrador de derecho, nunca de hecho. Nada más”.
Uno de los momentos de mayor crispación entre el acusado y el representante del ministerio público se ha producido cuando éste le ha preguntado si el patriarca de la familia les comentó que no se pagarían los fondos aplazados. “¿Por quién nos toma? Me está diciendo a la cara que mi padre nos decía que no pagásemos”, ha respondido tajante el encausado. Ha aseverado que, de haber sido así, “habría sido para denunciarle”.
"Ofendido" ante las preguntas del fiscal
El procesado no ha dudado en manifestar sentirse “ofendido” ante las preguntas del fiscal. Entre las cuestiones que se han puesto sobre la mesa, si era una tónica general de Nueva Rumasa la de comprar con el pago aplazado de la mayor parte del precio.
En cuanto a los avales presuntamente falsos que presentaron para ganarse la confianza de los propietarios iniciales de los dos hoteles y aparentar solvencia, ha asegurado que las empresas avalistas tenían una buena liquidez y que los vendedores eran conscientes de ello.
Está previsto que la vista oral continúe este viernes con el interrogatorio de los demás hermanos. Se prevé que mantengan la misma línea de defensa ante las partes.