La Consejería de Salud tapó el jueves, 20 de abril, el fiasco de las listas de espera con el anuncio de que reanuda las negociaciones para comprar el Hospital General de Catalunya (HGC) de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). La noticia se comunicó antes de la comparecencia del conseller en el Parlament por la primera cuestión, y tras la disculpa de éste con un hospital colapsado.
El consejero Toni Comín lanzó el escueto comunicado tras una primera reunión discreta con Quirónsalud hace dos semanas. Lo hizo sin avisar a la otra parte, y ciñéndose a su propio relato: subrayando que mantiene una oferta de compra que no ha concretado.
Dos horas después del anuncio, Comín compareció en la Comisión de Salud del Parlament para hablar de lo que el sector ve sustantivo: la gestión de las listas de espera. Hace un mes, el departamento admitió que aumentaron en 11.000 personas en 2016.
Lo que esconde: colapso
El inesperado anuncio tapó la comparecencia del consejero, que recibió críticas de la oposición en bloque por el aumento de esperas para operarse y someterse a una prueba diagnóstica.
La corta comunicación de Salud escondía otro hecho: que persiste la precaria situación de las urgencias hospitalarias.
La situación sigue siendo muy delicada en la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell, el centro sanitario que teóricamente debía absorber la carga de trabajo cuando se expulsara al HGC de la red pública como prometió Salud, primero. O sostener la operativa cuando el departamento anunció que compraría el hospital, después.
60 pacientes el lunes
Preguntada por el estado de la unidad, la portavocía de comunicación del Taulí no respondió a las peticiones de este medio.
Quienes sí lo hicieron fueron empleados de urgencias. "El lunes, al volver de la Semana Santa, se amontonaron 60 pacientes en el nivel 2, que tiene capacidad para 35 enfermos", explicó uno de ellos.
"La situación en el Taulí ha mejorado, pero sigue siendo precaria. Cada día nos podemos encontrar una u otra cosa y acabar doblando boxes y poniendo a enfermos en los pasillos", agregó la misma fuente.
Carta de disculpa
La preocupación es tal que Comín remitió una discreta carta al comité de empresa de la Corporación a finales de marzo. En la misiva, el republicano admitió que el personal del Taulí "trabaja en condiciones poco óptimas".
Con lo que respecta a los pacientes, el titular de Salud recalcó que la saturación causa "incomodidad y falta de confort e intimidad para pacientes y trabajadores".
Antes de comprometerse a mejorar la "atención urgente" en el Hospital de Sabadell, el republicano también admitió "limitaciones estructurales" en la institución de enfermos agudos.
Derivaciones
El enésimo anuncio de la intención de comprar el General tapa otra situación: Salud ha tenido que recurrir al centro concertado en invierno para destaponar la red pública.
"Han derivado una media de cinco pacientes a siete pacientes diarios del Parc Taulí al Hospital General por falta de camas. Además, sigue la actividad contratada con el Servicio Catalán de Salud (CatSalut) en la radioterapia oncológica y la hemodinamia", han explicado fuentes cercanas al centro.
De la misma forma, un portavoz del comité del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST) confirmó ayer que "siguen llegando altas del Taulí tal y como está acordado con el CatSalut".
Lo nuevo: confianza
La reanudación de las negociaciones entre la consejería y el Hospital General se vendió en clave de "acuerdo cercano" o "compra inminente" del centro sanitario por parte de Salud.
Según las fuentes consultadas, las negociaciones, abiertas, justo acaban de empezar.
La diferencia con el escenario anterior es el ánimo de construir confianza. Una disposición que Salud erosionó el jueves con un comunicado sorpresa.
¿Qué hacer con el Vallès?
La mesa negociadora no disfrazará dos hechos: la exclusión total del HGC no se producirá, y la consejería deberá poner mucho más dinero encima de la mesa --o explorar otras fórmulas, quizá un consorcio-- que los 50 millones prometidos para entrar en la gestión del hospital.
Además, quedará lo sustantivo, la reorganización de la actividad asistencial en el Vallès, la zona cero del colapso de urgencias en Cataluña.
Y, no menos importante, el quebradero de cabeza que suponen las listas de espera en el resto de la región, algo que Salud consiguió disfrazar el jueves.