Alarma en el mundo de la hípica por la alta tasa de mortalidad
La práctica de la equitación, uno de los deportes más peligrosos, registra un repunte de accidentes en España
31 diciembre, 2016 23:00La práctica de la equitación, bien sea en su vertiente deportiva o de simple ocio, se ha convertido en una de las actividades más peligrosas a la vista de las numerosas víctimas mortales que genera. En el terminado 2016, hay constancia de al menos cuatro víctimas mortales por caída del caballo en toda España, una estadística que nadie se preocupa de elaborar y analizar y que se completa con cientos de accidentes con gravísimas consecuencias para sus víctimas. Sólo sucesos como el accidente sufrido por la infanta Elena en septiembre pasado, que parece que ha tenido alguna secuela durante las recientes Navidades, atraen la esporádica atención pública sobre la peligrosidad de las actividades hípicas.
El deporte hípico, en sus diversas modalidades de salto, doma o concurso completo, ha generado en los últimos años un goteo incesante de muertes por caídas de la montura. Desde 2004, cuando falleció la joven amazona del Club de Campo Villa de Madrid Rocío Sánchez, hasta 2015, cuando murió el jinete portugués Fernando Seabra en un concurso de saltos en Utrera, no ha habido año en que no se haya producido en España un accidente mortal en la práctica de la hípica. En el mundo ecuestre se recuerda a la joven francesa de 22 años Elodie Bercetche, muerta en Lasarte al caerle encima los 400 kilos de su caballo en una prueba de saltos, o la de Carolina Aróstegui, de 27 años, muerta al golpearse con la cabeza contra el suelo al caer del caballo en el Club SEK de Villafranca del Castillo en Madrid.
Uno de los deportes más peligrosos
En cualquier lista de los diez deportes más peligrosos del mundo siempre, de forma sistemática, aparece la hípica como uno de los que tiene más víctimas mortales. No se trata de una cuestión nueva. En 2009 el diario norteamericano The New York Times difundió un informe elaborado por la American Medical Association que daba la alarma sobre la peligrosidad de la hípica al constatar el dato de que sólo son necesarias 350 horas de práctica para sufrir un accidente al montar a caballo, frente a las 7.000 horas necesarias en una actividad aparentemente mucho más peligrosa como el motociclismo.
Aquí, en España, en 2014, la Federación Vasca de Hípica alertó sobre el inusual incremento de los accidentes registrados en la práctica de este deporte en su ámbito territorial, con casi un centenar de accidentes de consideración, aquellos que reclamaron asistencia sanitaria específica. Algo raro estaba pasando con la forma en que se practicaba la hípica en el País Vasco, cuando en Madrid, con el doble de licencias deportivas se registraban la mitad de accidentes. La FVH hizo una investigación y descubrió prácticas defectuosas o irregulares en los entrenamientos y procesos de aprendizaje, en donde se concentraban la mayoría de los accidentes.
En España se estima que hay más de 30.000 licencias para la práctica de la hípica, pero se calcula que se multiplica por diez el número de personas que monta a caballo sin regulación alguna. Hay decenas de centros ecuestres, picaderos o empresas de actividades al aire libre que permiten montar a caballo a gente que no lo ha hecho en su vida, lo que genera todo tipo de incidencias, algunas mortales. En 2016, como ya se ha indicado, hay constancia de muertos por caídas del caballo en Segovia, Tenerife, Palencia y Cáceres.