“Gran velada: boxeo en Quatre Camins. Combate a distancia de 3x3, modalidad boxeo amateur con la participación de siete púgiles del CPQC --Centro Penitenciario de Quatre Camins-- que competirán con otros de diferentes clubs de Cataluña”. El aquí reproducido es el texto del cartel que la tarde de este jueves invadía las paredes del interior de la cárcel catalana situada en La Roca del Vallès, en Barcelona.
Aparecen, también, el Niño Bomba, el Potro, el Terremoto, el Peligro, el Guapo Gálvez, el Mecánico y el Hígado de Hierro, los siete internos que subieron a pelear al ring. Los Servicios Penitenciarios, sin embargo, se encargaron de retocar la imagen de uno de ellos, el Potro, quien luce tatuada una esvástica en el cartel original, pero no en los que se hicieron públicos posteriormente.
Funcionarios sin información
López relaciona las actividades de boxeo con la poca motivación que debe despertar en los presos cualquier clase de inglés o de ofimática, por ejemplo: “Supongo que les atrae más esto, pero me parece contradictorio que les estén enseñando a pegar y luego nosotros suframos las agresiones”.
ACAIP recuerda que no es la primera vez que se lleva a cabo un combate en el interior de la cárcel, lamenta la poca información de la que disponían los funcionarios y exige que el consejero de Justicia, Carles Mundó, comparezca en comisión para dar explicaciones.
Recursos económicos
Añade, además, que llevar a cabo una actividad como esta supone una destinación de recursos económicos importante en aspectos como el montaje del ring y la contratación de los operarios. “No es fácil coordinar un evento así ni reforzar la seguridad ante la gente que entra a la cárcel para trabajar o como invitada para ver el combate”, añade.
El portavoz sindical tacha de “indignante” que no se destinen partidas económicas a la formación de los empleados, matrículas reservadas o una mayor y mejor dotación de chalecos antibalas, entre otros.