Ante la imposibilidad de tutelar, hoy por hoy, el patronato de la fundación Muñoz Ramonet que está copado por el ayuntamiento, las herederas del controvertido industrial barcelonés han decidido plantar cara y quieren constituir una nueva fundación, con fines idénticos a la ya existente, a la que llamarán Fundación Julio Muñoz Ramonet, para que haga la competencia a la primera.
El consistorio barcelonés, consultado por este medio, dice estar al corriente de esta estrategia y reconoce haber pedido formalmente a la Dirección General de Derecho y Entidades Jurídicas de la Generalitat que inadmita la inscripción de esa fundación por existir ya una que está avalada por un sentencia del Tribunal Supremo que rige y tutela tanto el palacete de la calle Muntaner, como una extensa colección de obras de arte, algunas de incalculable valor.
Patrocinio, no patronato
Las herederas insisten en que es preciso hacer una relectura de la herencia y que, en su opinión, Muñoz Ramonet encargó a los albaceas del testamento la constitución de la fundación, no al ayuntamiento. El industrial buscaba el patrocinio de la ciudad, efectivamente, pero nunca pretendió que el futuro patronato de la fundación estuviera bajo control del consistorio. Los dos albaceas designados por Muñoz Ramonet fueron Enrique Granados Jarque y el notario suizo Romano Kunz.
Las herederas dicen haber enviado una carta con todas estas explicaciones al ayuntamiento, pero no se conoce ni su recepción ni si ha habido o habrá respuesta.
Cuadros desparecidos
Las fuentes municipales consultadas por este medio afirman que la actual fundación funciona según los estrictos designios que estipuló Muñoz Ramonet en su testamento y que la familia lo que tendría que hacer es “dejarse de estrategias extrañas y devolver un Goya y un Greco que tienen escondidos en Madrid”. La policía, según estas fuentes, ha intentado dos veces recuperarlos y enviarlos a Barcelona, pero la gestión ha resultado infructuosa.