El consejero catalán de Salud, Toni Comín, ha dado un nuevo volantazo el viernes con su plan de desprivatizaciones. El republicano ha admitido que podría modificar el contrato del Hospital General de Cataluña (HGC) de Sant Cugat (Barcelona) en lugar de rescindirlo, como era su intención. El acuerdo continuaría si el departamento cierra la nacionalización del centro, que ha anunciado Comín horas antes.

"En el caso de que el plan se concrete, hablaríamos de una modificación del contrato, no de una rescisión como la de la Clínica del Vallés", ha indicado Comín.

Radioterapia

El acuerdo Salud-Quirónsalud continuaría vigente si se formaliza la compra. El General pasaría a la red pública por un precio de saldo, y cambiaría su configuración.

"Pasaría a desarrollar la actividad complementaria, no la compleja. Los tratamientos de tercer nivel se concentrarían en la Corporación Sanitaria Parc Taulí y el Consorcio Sanitario de Terrassa", ha detallado.

Así, el General retendría alas de consultas externas, hospitalización, un ala obstétrica para dar a luz, urgencias, el hospital de día, hemodiálisis y la rehabilitación. Además, seguiría con una pequeña parte del departamento de radioterapia.

"La hemodinamia y la mayoría de la radioterapia pasarían a los hospitales complejos de la comarca", ha recalcado el conseller.

Esponjar Sabadell y Terrassa

La idea de Comín, si fructifica, es que el Taulí y el CST de Terrassa "aligeren su carga" derivando tratamientos básicos al General.

Cabe recordar que, el año pasado, el Servicio Catalán de Salud (CatSalut) envió pacientes por valor de 13,5 millones de euros al complejo médico de Sant Cugat.

Ello incluye 830 pacientes de radioterapia, 1.899 intervenciones quirúrgicas, 1.914 consultas externas y 1.609 hospitalizaciones.

Volantazo

Cualesquiera que fueren las cifras concretas, la decisión de no rescindir el contrato del General es un cambio de rumbo de la Consejería de Salud. El departamento había comandado hasta ahora un controvertido plan para excluir al General, el Hospital Sagrat Cor de Barcelona y la Clínica del Vallés de la red pública. Este último centro, de hecho, fue expulsado en agosto del Siscat.

El volantazo dado por el equipo de Comín se produce después de topar con fuertes resistencias en el segundo centro a apartar. La mayoría del personal, la mayoría de la corporación municipal de Sant Cugat y algunos diputados de Junts pel Sí se han alzado contra la medida.

Según los opositores, la exclusión del General engrosaría las listas de espera en los hospitales públicos de la zona, y costaría más dinero a las maltrechas cuentas del CatSalut.