Marta M.R. tenía un vuelo programado para las 07:20 horas del pasado viernes 9 de septiembre desde Barcelona y con destino Mallorca. Embarcó con normalidad y despegó con normalidad. Pero a medio trayecto, el comandante de Vueling, compañía con la que eligió viajar, avisó a los pasajeros de que se veía obligado a dar la vuelta rumbo a la capital catalana de nuevo por un problema técnico.
Volvieron al aeropuerto de Barcelona-El Prat y allí tuvieron que permanecer en el interior del avión “durante un buen rato”, según relata Marta a Crónica Global. De nuevo, el piloto de la aerolínea les informó de que el motivo del regreso se debía a una avería en el radar meteorológico del avión.
Tras un rato de espera, un autobús les llevó a la terminal, donde un trabajador de Vueling les indicó que embarcarían en el nuevo vuelo a las 10:30 horas. No fue así, ya que el embarque se produjo media hora más tarde. Finalmente, llegaron a Mallorca a las 12:05 y la previsión era llegar a las 08:10 horas.
Negativa a la indemnización
Marta explica que, después del incidente, reclamó a la compañía aérea el importe de la indemnización que marca el Reglamento Europeo 261/2004. En él se recoge que, tras un retraso superior a tres horas, como es su caso, la aerolínea debe ofrecer a los pasajeros un impreso donde figuren las normas en materia de compensación y asistencia; comida y bebida suficientes; la posibilidad de realizar dos llamadas telefónicas o mensajes de correo electrónico y 250 euros si son vuelos inferiores a 1.500 kilómetros.
La respuesta a su reclamación fue, literalmente, “lamentamos la molestia que dicha incidencia pudo causar. Le comunicamos que el retraso de su vuelo ha sido generado exclusivamente por las condiciones meteorológicas (cumulonimbus) y, debido a esto, según el Reglamento Europeo 261/2004, la compañía no tendrá que pagar ninguna compensación al pasajero”.
“No fue así porque otros vuelos incluso de su misma compañía volaron hacia Mallorca sin problemas. Además, si hubiera sido por la meteorología, ¿por qué nos cambiaron de avión?” se pregunta Marta. Esa fue su apreciación en la siguiente reclamación que presentó, junto con la reiteración de que fue la tripulación quien aseguró que se trataba de un error. La única respuesta recibida por parte de Vueling únicamente le indica que se remite al cumplimiento del reglamento europeo.
Vueling recapacita
Sin embargo, la aerolínea ha recapacitado tras la comprobación de los hechos motivada por este diario. “Efectivamente, tenía razón la pasajera”, admite un portavoz de Vueling. Fue el piloto quien informó debidamente al pasaje de que se había producido un problema técnico, pero “por un error en Atención al Cliente, la vuelta a parking del avión se computó como un problema meteorológico”, algo que no conllevaría indemnizaciones al ser causas ajenas a la compañía.
La misma fuente ha transmitido sus disculpas a la pasajera y asegura que Vueling se pondrá en contacto con ella para indemnizarla con los 250 euros correspondientes. No solo a ella, sino a todos los que viajaban en ese vuelo y, a excepción de Marta, habían tirado ya la toalla en las reclamaciones.