Una de las protestas masivas de Madrid contra el deterioro de la sanidad pública.

Una de las protestas masivas de Madrid contra el deterioro de la sanidad pública.

Vida

La profesión médica ya vive en sus carnes los achaques del 'geriátrico' español

El 60% de los facultativos colegiados tiene más de 50 años, un envejecimiento que coincide con la “situación límite” que atraviesa la atención primaria

17 junio, 2016 21:57

España es ya, junto a Japón y Eslovenia, el país con la población más envejecida del mundo. Lo dice la ONU. Un geriátrico en ciernes sobre el que el INE ha apuntado otro fantasma: casi el 60% de los 242.840 médicos colegiados, principales encargados de gestionarlo, tiene más de 50 años.

Hay más: 35.211 de ellos superan los 65 años, edad habitual de jubilación. Son globalmente los profesionales más viejos de los 15 colectivos relacionados con el ámbito sanitario. Y aquí, al margen de reivindicaciones profesionales, lo de que la veteranía --la experiencia-- es un grado, o que sabe más el diablo por viejo… son dichos de papelera.

Mareas ante el 26J

Los preocupantes datos, sobre todo en la sanidad pública, coinciden con las ya tradicionales mareas blancas y protestas a las puertas de los centros sanitarios cada vez que hay elecciones. Las movilizaciones han empezado en las comunidades de Madrid, Andalucía y Galicia. Seguirán hasta el 26J y hay indicios de que extenderán por el resto de España.

La primera petición, formulada por la Organización Médica Colegial (OMC), que representa a todo el colectivo, es el aumento de las plantillas, congeladas desde el 2011, y que han perdido más de 20.000 facultativos. También reclaman jornadas laborales que les permitan mantener la acreditada calidad asistencial y, como es de cajón, una mejora en la retribuciones salariales, deterioradas como todas por la crisis y los recortes.

Colgar la bata

La OMC calcula que de aquí al 2020 uno de cada cuatro médicos colgará la bata en España. Un porcentaje que se adelantará dos años en comunidades como Euskadi, que cuenta con los galenos mejor retribuidos pero más envejecidos.

Según la Osakidetza (servicio vasco de salud) el relevo generacional está en el alero y en algunas especialidades como pediatría, la penuria es extrema. También se ha encendido la luz roja en otras ramas, como Medicina de Familia, donde ejercen más facultativos. La mitad de ellos superan los 50 años. Algo muy parecido ocurre en Cataluña y en Madrid.

‘Parche’ de 50 millones

“La situación está al límite”, ha alertado Vicente Matas, responsable de atención primaria de la OMC. Un estudio bajo su coordinación observa diferencias entre comunidades, pero certifica que la masificación lleva a algunos médicos a atender más de 50 pacientes al día, con incómodos retrasos para ellos de más de media hora. Los estándares de calidad aconsejan que no se pase de 30.

Ante esta situación, la OMC propone al nuevo Ejecutivo un “parche” o “solución provisional y urgente para salir del paso”:  que destine 50 millones de euros para contratar a unos 1.000 médicos y reforzar los centros más sobrecargados.

Según un estudio de CCOO, el déficit de médicos es tan evidente, que solo para reponer las vacantes por jubilación hasta el 2025 harían falta 50.000 médicos. El Ministerio de Sanidad, tras costosos y sesudos estudios, rebaja la cifra a la mitad. Apunta  que se necesitarán sobre todo pediatras, ginecólogos, especialistas en cirugía general, anestesistas y médicos de familia.

Como en un McDonald’s

Los médicos de toda España reivindican la recuperación de los “derechos perdidos” como la jornada de 35 horas y una paga extra. Las administraciones vienen respondiendo con largas y el Tribunal Supremo fallando en contra, como en el caso de Castilla-La Mancha.

 Sindicatos y colegios describen una situación de precariedad laboral, no ajena a otros colectivos: la mitad de los que trabajan en el Sistema Nacional de Salud no tienen su plaza en propiedad (en Madrid o Cataluña ronda el 30%) y firman una media de seis contratos con la Administración.

El presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, comparó estas cifras de inestabilidad con la de “quienes trabajan en un McDonald’s”. Salvo que en este caso no se trata de una empresa privada y chirría que la “sanidad pública sea la mayor empresa de trabajo temporal de España”.