Vida

Foto finish entre PP y PSOE con demarraje de Rivera

El CIS abre la campaña con el desfondamiento de Podemos y copa todas las portadas. Los futbolistas de primera división amenazan con declararse en huelga.

8 mayo, 2015 10:12

La cocina estadística es una variante de la molecular con más esferificaciones que especificaciones. Perifollo, apionabo, huesos de vaca y puerros en un caldo en el que Podemos se funde y cambia de sustancia, de modo que el PSOE engorda a costa del dúo Iglesias-Errejón y Ciudadanos se erige en ingrediente imprescindible de cualquier pacto. No es lo que estaba previsto y de ahí el encanto de la nueva nueva cocina, que ofrece caballa a la donostiarra y sale de la cocina un pescado rebozado y frito con más aceitazo que flavonoides saludables, si es que algo con el nombre de flavonoides puede ser sano.

La cuestión es que Pedro Sánchez sin hacer o decir nada está a un punto de Rajoy, que ganaría el combate de pressing catch por parejas en una decisión más discutida que la del Mayweather vs Pacquiao. Las cámaras viran hacia Rivera, que emerge del fondo de la olla con el vigor de la cayena. Sánchez y Rivera sonríen. Rajoy y Pablemos ponen cara de póquer.

Carlos Herrera, en el Abc, acentúa las turbulencias demoscópicas, la cualidad volátil e imprecisa de las proyecciones de voto: "Las evidencias del CIS, si es que hay que tenerlas en cuenta, pronostican una caída en intención de voto de los profesionales del populismo. Formaciones como Podemos, la máxima expresión de la futilidad política, experimentan una caída llamativa en la no menos llamativa expectativa de voto que atesoraban un par de estudios demoscópicos atrás, en los que poco menos parecían el látigo definitivo contra la vieja política española. Asistíamos un tanto incrédulos al crecimiento desmedido de un partido del que no sabíamos casi nada, y lo poco que conocíamos no era precisamente halagüeño".

Sigue: "Poco tiempo después de su ascenso, y en virtud de esa cosa tan española de los caprichos instantáneos, Podemos pierde muchos puntos en beneficio de lo que parece otro capricho del votante: Ciudadanos. Y así estamos ahora, con un PP en primer lugar seguido muy de cerca por el PSOE, que es lo que al final va a quedar si hacemos caso de los pronósticos de, por ejemplo, Rodríguez Zapatero, que hace pocos días confesaba en una reunión íntima que este tipo de fiebres políticas durarán cuatro años, los justos en los que los nuevos partidos tengan que asumir algún tipo de responsabilidades y se vea que son coyunturas bienintencionadas, pero no estructuras responsables de poder".

De esa cosa tan española del capricho y del CIS también se habla en El Mundo, donde Federico Jiménez Losantos predice la descomposición del PP de Floriano: "La encuesta del CIS, organismo en manos del Gobierno, certifica la inminente liquidación del Partido Popular, que el 24 de mayo perdería todo su poder territorial, salvo Castilla y León. Hace un mes, cuando el demóstenes Floriano empezó a atacar a «Chiudatans», disléxico homenaje a Chaves y prueba del genio estratégico del PP, dije que Rivera podía obligar a Rajoy a pedirle perdón de rodillas, so pena de no pactar con el PP en ningún ayuntamiento o comunidad. No hacía falta ser un genio, aunque sí no depender de Soraya y Carmen Porfavor, para ver lo que todos los estudios demoscópicos indican desde hace meses en el ámbito del centro-derecha: que el PP está muerto y que Rivera puede ser el próximo presidente del Gobierno si no gana la izquierda en noviembre. Lo escribí aquí, en EL MUNDO, y se rieron mucho algunos tertulios peperos. Pues je".

Y machaca: "Si el PP no era un partido liberal y conservador al que ir, no del que irse, ¿qué era el PP? Pues esto: una máquina de Poder llamada a desaparecer en el momento en que, tras los principios, perdiera las elecciones. ¿Y el 24? ¿Dimitirá Rajoy y convocará un congreso del PP para elegir otra dirección y un candidato a Moncloa que no huela a cadaverina? Antes veremos volar a los burros y rebuznar a los pájaros".

No se puede descartar ninguna hipótesis. De hecho hay auténticos asnos que han llegado más alto que muchas cabras locas, lo que nos da pie a presentar el artículo de Joaquim Coll en El Periódico sobre la Santa Inquisición de la Sagrada Inmersión Lingüística. Recomienda el historiador "Pensar con la cabeza", titular de su entrega: "De «ataque, cruzada o carga contra el catalán» se ha calificado la iniciativa de que se incluya una casilla en la que se pueda elegir si se quiere que el castellano sea lengua vehicular, junto al catalán, en una proporción razonable que el TSJC cifró en el 25% del total de asignaturas. No acierto a saber de qué forma se está atacando al catalán por pedir que pueda estudiarse una asignatura troncal en castellano. Todos los idiomas que queremos que los jóvenes dominen deberían tener la consideración de vehiculares en la educación. Es la única forma que los aprendan de verdad. Es una cuestión de sentido común".

El último párrafo es antológico: "Irene Rigau miente cuando dice que se quiere separar a los niños por razón de lengua. Es la Generalitat quien lo hace cuando resuelve la cuestión dando una atención individualizada, o sea, segregada, a los niños de las familias que han pedido que el castellano sea también vehicular. Es una forma de marcarlos e impedir que aumente la demanda. Y repitiendo ese y otros mantras sobre las bondades de la inmersión se impide que muchos en Catalunya sean capaces de pensar con la cabeza".

Francesc de Carreras, en El País, aborda y analiza algunas de las claves de la izquierda: "Más allá de ideologías, de posiciones de izquierda y derecha, al elector le debería interesar una cuestión previa: que los programas no le engañen, que los partidos no le mientan con el fin de obtener su voto de manera fraudulenta. En política, como en la vida, los peores siempre son los farsantes".

Continúa: "Esto es lo que está pasando en Grecia con Syriza. Según los sondeos, sus votantes empiezan a desencantarse por las promesas electorales incumplidas. Y algo peor: aquellas que se cumplen son perjudiciales para la finalidad pretendida. La economía griega empeora desde las elecciones y los problemas se han agravado, en buena parte, porque el Gobierno de Tsipras ha intentado ser congruente con sus promesas electorales".

A las fotos de portada asoman dos asuntos: el niño de ocho años introducido en una maleta para intentar pasar a Ceuta y un grupo de jóvenes bien parecidos, con las cejas depiladas que parecen aspirantes al casting de Mujeres, Hombres y Viceversa. Pues no. Son futbolistas de primera división, todos mezclados, madridistas, azulgranas, del Atleti y del Athletic que anuncian huelga empujados por la federación. Son marionetas de un contencioso sobre el reparto de los derechos televisivos que es más difícil de explicar que lo de Rigau. Lo que es más fácil de entender es que están muy escocidos los bellos peloteros con Hacienda.

Una huelga de futbolistas es como un paro de millonarios, un sinsentido, igual que esta hilarante noticia de El Mundo de ayer. Se titula: "No jugué con intensidad porque no jugué, señoría". Y dice: "Así fue la respuesta de Juanfran, jugador del Levante, a la juez cuando esta le preguntó por qué no había jugado con intensidad el Levante-Zaragoza. Por esta y otras preguntas que denotan falta de conocimiento futbolístico, los abogados pedirán ver el partido en el juzgado. Por ejemplo, también se llevaron las manos a la cabeza cuando la juez cuestionó a Javi Venta los motivos por los que no había llegdo al área y chutado a gol. "Señoría, ¿se ha leído usted las crónicas del partido? Yo soy lateral y si llego al área contraria es de milagro", respondió el futbolista, atónito".

Su señoría estuvo a punto de mandarlos a todos, abogados incluidos, a los calabozos. Que si llega al área es de milagro... Y que lo diga un carrilero.

8 de mayo, San Pedro de Tarantasia, Nuestra Señora de Luján.