Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba, ha muerto con 88 años en su residencia de Sevilla, el Palacio de Dueñas, acompañada de su marido Alfonso Díez y sus seis hijos.
La duquesa no ha superado las complicaciones derivadas de una gastroenteritis, una afección respiratoria causada por una neumonía y una arritmia cardiaca.
La capilla ardiente de la aristócrata con más títulos nobiliarios del mundo será instalada en el Salón de Colón del Ayuntamiento de Sevilla a mediodía. Su cadáver será incinerado y sus cenizas depositadas en el altar mayor de la capilla del Cristo de los Gitanos, del cual la duquesa era muy fervorosa.
El Arzobispado de Sevilla ha dado el pésame a la familia y ha ofrecido la catedral de la capital hispalense como lugar para el funeral, bajo la tutela del cardenal Carlos Amigo Villarejo.
La revista 'Forbes' calcula que el patrimonio de la casa de Alba asciende a los 3.200 millones de euros entre los que destacan el Palacio de Liria en Madrid, el Palacio de Dueñas en Sevilla o 34.000 hectáreas de tierras además de castillos, fincas y empresas que hacían de la duquesa la quinta persona más rica de España. Este gran patrimonio será repartido entre los seis hijos de la duquesa, todos fruto de su matrimonio con Luís Martínez de Irujo.
El legado artístico de la Casa de Alba no es menos impresionante. Una biblioteca con más de 30.000 volúmenes entre los cuales destaca la primera Biblia en castellano, datada en 1433. En 1975 se fundó la Fundación de la Casa de Alba para cuidar y conservar el patrimonio artístico de su familia y sus colecciones privadas, en las que hay obras de Tiziano, Mengs, Goya, Murillo, El Greco, Fra Angelico, Veronés, Velázquez, Renoir o Picasso.