Artur Mas es una víctima. Los periódicos editados en Barcelona reflejan la consistencia de una respuesta judicial al 9N que podría saldarse con su inhabilitación. No está tan claro que eso vaya a pasar. La Fiscalía General del Estado se lo toma con calma. "No precipitarse" dice Eduardo Torres-Dulce, pero los periodicos de Cataluña ya le han escrito la querella. Desobediencia y prevaricación serán los supuestos cometidos por Mas. La vicepresidenta Joana Ortega y la consejera de Formación del Espíritu Nacional, Irene Rigau, también formarían parte de la cuadrilla de forajidos. Al parecer, Espadaler, el consejero de la Porra, se libraría del zarpazo fiscal porque eso ya sería como admitir que los Mossos d'Esquadra reciben órdenes políticas y se pasan la ley por el forro de la huevera. Es lo que hay, como en Venezuela.
Según Ara es una "Querella múltiple", que suena a "Operación Trueno" o "Blackhaw derribado". En El Punt-Avui afirman rotundos que la querella estaba redactada antes del 9N mientras que en La Vanguardia optan por la literalidad del asunto: "El fiscal se querellará contra Mas y pedirá su inhabilitación". Una querella en Cataluña tiene menos valor que una resolución del Tribunal Constitucional, por lo que a estas horas el articulismo soberanista todavía se solaza con los errores estratégicos de "Madrid", se chotea de Torres-Dulce y se carcajea de la caverna. Persisten en decir que más allá del Ebro nadie entiende nada, que todos son monagos o granados, estultos, tarugos, paletos, eslabones perdidos de La escopeta nacional y Los santos inocentes.
El Periódico se distingue por un editorial gráfico en la portada. Es la puerta del Palacio de La Moncloa bajo el titular "¿Hay alguien ahí?". En el sutbítulo se dice que Rajoy renuncia al diálogo al "tolerar" la querella contra Mas. El bofetón del diario de Zeta es de una contundencia inapelable, lo que sumado a las consignas que emanan de La Vanguardia configuran un clamor empresarial. La patronal, los bancos y los mercados exigen al presidente del Gobierno que negocie con Mas lo que haga falta para detener la deriva y la sangría de incertidumbres. El PSOE censura el uso de la ley y aboga por una reforma federal para encajar a Mas en la realidad. Lo que haga falta. Y Mas se presenta como una víctima, el humilde David que ha luchado contra un ataque cibernético "mundial" y "profesional" (muy profesional, añadiría Manquiña), que ha superado escollos, tormentas, enormes dificultades, todas las zancadillas posibles; ese pedazo de lider, ese caudillo lusitano, el timbaler de Vilassar.
El País se coloca de perfil, en ambos márgenes de la ley. En el editorial se recomienda al presidente de Gobierno un cambio de perspectiva. "Nos debe un plan para Cataluña" titula; y advierte: "Rajoy debe romper dos tabúes: el de escudarse en solitario en la defensa de la ley; y el de adivinarse deslegitimado si baja al terreno y se mezcla con personas que malbarataron su confianza. En democracia, más decisiva que la relación personal es la dinámica entre instituciones que se deben lealtad, siendo su primer componente el de comunicarse entre sí. Rajoy debe formular una sólida propuesta a los catalanes, más que a uno u otro líder, porque es también el presidente de todos ellos, incluidos los independentistas, tácticos o de corazón". Y en el apartado informativo resalta la rebelión de los fiscales contra el PP y el Gobierno. Es un texto de Jesús García y María Fabra: "La sensación de que el Gobierno va un paso por delante de los fiscales se acrecentó con las declaraciones, de la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, quien aseguró que la fiscalía iba a formalizar la querella durante la mañana. “La querella contra el presidente Artur Mas y varios consejeros de su Gobierno por los supuestos delitos que habrían cometido durante el 9-N está prácticamente ultimada y tiene bases muy sólidas. (...) Se puede estar hablando de tres delitos: cohecho por parte de posibles miembros o no del Gobierno, malversación de fondos públicos y desobediencia”. La líder popular se equivoca al hablar de soborno, según fuentes judiciales, porque ese delito no tiene cabida en el caso del 9-N. “¿Ahora resulta que la señora Sánchez Camacho es la portavoz de la Fiscalía?”, se preguntaba un fiscal a propósito del anuncio de la dirigente popular, efectuado en un programa de televisión. Las declaraciones llevaron al propio fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce a salir del paso. Este afirmó que la fiscalía iba a pronunciarse sobre la consulta alternativa “sin ninguna precipitación, pero siempre con el horizonte del cumplimiento de la legalidad”".
La Razón y el Abc subrayan la respuesta gubernativa de Soraya Sáenz de Santamaría en el Senado, que habla tan claro que parece otro idioma, de tal manera que en Cataluña no se la oye. Se espera con cierta expectación lo que puede decir hoy Mariano Rajoy, que ha convocado una rueda de prensa con preguntas a las doce y media. El grado de dificultad que presenta esa empresa es como el de torear sin muleta. Se puede y a los practicantes del género se les llama recortadores, muy populares en el norte de España. Los encierros y eso. Pasa que tipo de recortador Rajoy no tiene. De todas maneras, si la política está mal, el periodismo está peor por lo que ya se dará cuenta enseguida de que es mucho más jodido responder a un tribunal de oposiciones que a las habitualmente candorosas preguntas de la "tribu". No tiene más que repasar cómo torean Homs y Mas, que hacen daño a la vista de tanto que se ríen del personal acreditado.
La derecha es el fondo de caldo de los pleitos editoriales en la capital. En Cataluña, la convención general, incluso entre los aludidos, es que todo lo que no sea "derecho a decidir" es extrema derecha, ultraderecha o, cuando no se pretende faltar, fascismo. Sin embargo, la aproximación al objeto deviene en sutiles diferencias, agudos matices y bizantinas disquisiciones en lo que en Barcelona es sólo una minoría de jíbaros.
Según Federico Jiménez Losantos en El Mundo, la cuestión es que "este lunes comenté aquí, a propósito del referéndum separatista catalán, que a la traición del Poder Ejecutivo y la prevaricación del Poder Judicial sólo le faltaba que el Poder Legislativo decretara la abolición de la soberanía nacional española, pero que seguro que Soraya estaba en ello. No era difícil acertar, pero no esperaba hacerlo tan rápido. Ayer, uno de esos talentos parlamentarios que Doña Cebriana acaudilla en el banquillo del PP alumbró una doctrina que parece el anuncio de Ocho apellidos vascos en la TV3. Dijo Dolors Montserrat -y lo ratificó ante Dieter Brandau en esRadio- que Cayetana Álvarez de Toledo «no puede hablar de lo que pasa en Cataluña porque no es catalana». Ahora pedirá que la multen por hablar en español este sábado en Gerona contra el referéndum pactado por Rajoy y Mas a través de un tío con ciento ocho apellidos catalanes: Pedro Arriola".
Para que se hagan una idea, Cayetana Álvarez de Toledo, diputada popular y musa de Libres e Iguales, es la "ultraderecha". Como diría José María Albert de Paco (que lo dice hoy en Libertad Digital hablando de una velada melancólica y en vaso bajo con Espada, Cayetana, Toutain y Laura Fàbregas, entre otros), ¿no es maravilloso?
Y como cada semana, altamente recomendable el artículo del justiciero enmascarado, Oriolt, en germinansgerminabit.org., azote de herejes nacionalistas. Revela los contactos de la señora (Marta Ferrusola) con el abad Soler en el cenobio montserratino. Los benedictinos no abandonan a sus caídos, aunque Soler se muestra turbado.
12 de noviembre, precisamente Benedicto, Benigno y Cristiano. La BBC del Real Madrid.